El paraguas de la Ley de Dependencia ha comenzado a cubrir dese esta semana a otros 350 ceutíes con discapacidad. El bautizado como cuarto pilar del Estado del Bienestar –junto a la Sanidad y la Educación públicas y el sistema de pensiones– echó a andar en 2007 como una de las grandes apuestas del por entonces Gobierno
socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que luego vería cómo el azote de las primeras oleadas de la crisis sembraba las dudas sobre su financiación. En Ceuta las competencias las ostenta la Administración central, que las canaliza a través del Imserso.
Salvado –más o menos– el muro que levantó la recesión, en la ciudad tienen reconocida algún tipo de prestación casi 1.100 dependientes. La cifra se verá incrementada ahora en esos tres nuevos centenares y medio porque desde el 1 de julio está en vigor la implantación de la prestación para los discapacitados de grado 3, aquéllos con minusvalía “leve o moderada” que cuentan con un suficiente grado de autonomía persoanl pero sin embargo requieren ayuda o apoyo en tareas domésticas diarias. Se cumple así el calendario previsto para el despliegue del servicio, que en sus primeros años atendió a los encuadrados en los grados 1 y 2, los de mayor complejidad.
Si se cumplen los plazos previstos, quienes hayan visto reconocida la prestación podrán comenzar a recibirla en las próximas semanas. Antes de dar luz verde, el Imserso aplica un estricto protocolo que incluye la visita domiciliaria al solicitante, un informe favorable de los trabajadores sociales y una evaluación multidisciplinar en la que intervienen médicos, psicólogos y el propio equipo de la Unidad de Dependencia. A partir de ahí, el discapacitado recibe la ayuda que se considere adecuada a su grado de minusvalía, que puede oscilar desde la estancia en Centros de Día hasta la ayuda domiciliaria dentro de un amplio catálogo.
El director del Imserso en Ceuta, Alfonso Grande, reconoce la “satisfacción” de su departamento por el trabajo acumulado durante los últimos años. No en vano, la ciudad es el segundo territorio de todo el país que mejor hace los deberes en el procedimiento de reconocimiento de la discapacidad, con una tasa del 99 por ciento que sólo supera Castilla y León.
Al cierre de 2013 –los últimos datos disponibles, porque los de 2014 se están aún recopilando– el Imserso había completado en Ceuta la valoración de 10.143 casos de discapacidad. Esa cifra equivale al 12,05 por ciento de la población de la ciudad. De ese volumen global, se le acabó reconociendo a 7.774, el 9,23 por ciento del censo. El dato, sólo superado por Melilla y Asturias, esconde una incógnita: por qué la tasa es tan elevada cuando la media nacional es de tan sólo el 3,79 por ciento. Alfonso Grande asume que sería “interesante” averiguar las causas, algo en lo que ya profundizó en su día el CERMI a nivel nacional.