La mayoría de los detenidos que han ido a Siria o Irak son españoles de Ceuta y Melilla, según el Instituto Elcano, que presentó ayer un informe.
El Real Instituto Elcano presentó ayer su informe Cambios en las pautas de implicación yihadista en España 1995-2013 en la Casa Árabe de Madrid. Este estudio es obra de Carola García-Calvo, investigadora de Elcano; y Fernando Reinares, investigador principal de Terrorismo Internacional.
La mayoría de los terroristas condenados o muertos en atentados en España recibió algún tipo de entrenamiento o adiestramiento en nuestro país o en el extranjero, según sus conclusiones. La inmensa mayoría de ellos, el 96,7 por ciento se integran en células, lo que muestra que los llamados lobos solitarios no son una tendencia en España.
El ceutí Abdeluahid S.M. representa hoy por hoy el único caso de un español que haya estado combatiendo en Siria, haya conseguido salir y llegar a España tras ponerse en contacto con su familia y rogarles ayuda para dejar el frente radical al que había decidido unirse.
“Lo fascinante del caso español es que los individuos que están incorporados a células independientes son el 2,4 por ciento, lo que hace a los lobos solitarios estadísticamente irrelevantes. El 48,2 por ciento –de los individuos estudiados– está integrado en células de Al Qaeda, de los talibán paquistaníes o del GIA argelino”, señaló Reinares.
Sólo el 5 por ciento de ellos son nacidos en España y un 13 por ciento tiene nacionalidad española. “Hablar de yihadismo en España era hasta ahora hacerlo de personas cuyo país de origen es Argelia, Marruecos o Pakistán. Pero ahora estamos ante un cambio de tendencia”, expuso Reinares. A partir de los conflictos en Siria e Irak y sobre todo de la irrupción en el escenario yihadista de la organización Estado Islámico –IS, en sus siglas en inglés–, el panorama ha experimentado algunos cambios, si bien no están recogidos aún en este estudio. “La gran mayoría de los detenidos que han ido a Siria o Irak son españoles de Ceuta y Melilla”, precisó.
El 45,9 por ciento forman parte de células relacionadas o vinculadas a Al Qaeda y a su rama iraquí –germen de Estado Islámico– y al Grupo Salafista para la Predicación y el Combate –GSPC, organización terrorista argelina antesala de Al Qaeda en el Magreb Islámico–, no formando parte de su estructura, pero que colaboran juntos.
Como ejemplo, el informe recuerda el caso de Ansar al-Islam, basada en territorio iraquí, la organización con que se relacionaban, por su parte, una célula en la que se implicó un 12,5 por ciento y que fue desarticulada en el curso de la primera fase de la Operación Tigris, que el Cuerpo Nacional de Policía desarrolló en Barcelona y Ceuta.
“La evidencia empírica de las que disponemos de los implicados en actividades terroristas condenados y muertos refuta la tesis de que el yihadismo global y el terrorismo global tras el 11-S se convirtió en amorfo, horizontal y sin liderazgo”, indicó Reinares.
El estudio se basa en estadísticas recogidas a lo largo del periodo de 1995 a 2013 relativas a 90 individuos adheridos a las actitudes y creencias del salafismo yihadista que fueron condenados (83 de ellos), murieron en actos suicidas (seis) o ambos (uno) en este tiempo.