Ceuta ha sido elegida para integrar el listado de las 33 estaciones diseminadas por todo el Mediterráneo que suministrarán datos a Cambio global, un proyecto financiado por el Ministerio de Medio Ambiente que trata de investigar el impacto del hombre sobre el medio.
El responsable de llevarlo del papel a la práctica será Óscar Ocaña, director del Museo del Mar, que centrará el estudio en la parcela biológica de la que es reconocido como experto internacional: los corales. La iniciativa la presentó ayer junto al delegado del Gobierno, Francisco Antonio González, al que, reconoció, le une una idéntica pasión por la defensa del medio ambiente y, en particular, por el submarino.
Cambio global extiende su área de influencia desde Italia, Francia y Córcega hasta Túnez, Grecia o Croacia, deteniéndose en Ceuta como punto más occidental. Se bifurca en dos áreas de estudio, bautizadas como T-Med y Bio-Med, y centra la investigación en indicadores como el PH del agua, el índice de salinidad, las variaciones de temperaturas o los graves efectos de la contaminación y la actividad humana. Todo ello, sumado, servirá para extraer conclusiones sobre los riesgos a los que se enfrenta el mar y, en concreto, el “diamante en bruto” que a juicio de Ocaña constituyen los bancos de corales localizados en el entorno del Hacho. Los primeros informes, que tendrán su prolongación en el tiempo, están listos en el plazo de un mes.
“El primero de los proyectos, el T-Med, se centra ene medir las variaciones de temperatura y su influencia en una columna de agua gracias a una cadena de termómetros sumergidos”, detalló el director del Museo del Mar. El segundo, el Bio-Med, incidirá de forma directa en la evaluación de las masas de corales. Es el caso de las gorgonias rojas, una especie “emblemática del Mediterráneo, muy frágil” y capaz por ello de revelar las más mínimas variaciones. “Esas conclusiones nos servirán para elevar recomendaciones a las instituciones correspondientes", coincidieron ayer Ocaña y González.
La colocación de los termómetros en una zona considerada como LIC (Lugar de Interés Comunitario) sirvió al biólogo marino para insistir, una vez más, en la necesidad de que la Ciudad impulse de forma definitiva un Plan de Ordenación Litoral que proteja el medio marino. “En el caso del mar es muy sencillo, porque no existe un impedimento territorial, y sin duda hay mucho que ganar, desde la ordenación de la pesca en sus vertientes profesional y deportiva hasta el turismo”, subrayó. Ocaña atribuyó el “desinterés” de la Administración local más a “ignorancia” y a “pasividad” que a “malas intenciones”.
El proyecto Cambio global, dirigido por Joaquim Garrabou, toda una eminencia en el sector, contará también con los respaldos de la asociación ecologista Septem Nostra y del propio Museo del Mar, que se encargarán de dar a conocer las conclusiones del informe a través de paneles y folletos.
El futuro del Museo del Mar, entre las expectativas y las críticas
Ceuta podría elevar su Museo del Mar a la condición de “referente de África”, pero el recinto se ha visto relegado en los últimos años al olvido por una aparente falta de interés de la Ciudad. Lo ha denunciado en numerosas ocasiones su director, Óscar Ocaña, que ayer celebraba que ese escenario esté a punto de cambiar tras el convenio suscrito con la Autoridad Portuaria y la Delegación del Gobierno. Un impulso aún “modesto” que se concretará en breve en un plan de apertura de las instalaciones “durante algunos días a la semana” y que se traduce en una inyección económica para “realizar arreglos y darle vida”. Su máximo responsable agradeció el apoyo de la Administración central, en contraste con la “ausencia lamentable” de la Ciudad, que a su juicio “se desentiende” de esas infraestructuras. “Ya les invitaremos”, sugirió Francisco Antonio González para suavizar las críticas. Ocaña dibuja un futuro “competitivo” para el Museo del Mar en el que no sólo tendrá una función expositiva, sino otra capaz de poner además en valor todos los fondos, archivos y colecciones que atesora y que, considera, hasta ahora no han podido ser apreciados por falta de medios para mantenerlos. “Lo que hay en su interior es muy valioso y eso tiene que estar a la vista de todos los ceutíes”, insistió.