La falta de prueba ha sido clave para que la Audiencia haya absuelto a un marroquí acusado de pasar a un inmigrante oculto en un doble fondo del coche que ocupaba.
El acusado se enfrentaba a 7 años de prisión, ya que tras ser detenido por la Guardia Civil en el paso del Tarajal, se le relacionaba con un delito contra los derechos de los extranjeros al considerarse que era conocedor de que en el vehículo se escondía el inmigrante.
La presunta vinculación del acusado con los hechos era la de haber viajado de copiloto en el vehículo y por tanto creerse que debía conocer que en ese coche viajaba un inmigrante de forma irregular.
En el acto de juicio oral expuso una teoría creíble, la de que viajaba de copiloto porque de esta forma era más fácil cruzar el paso del Tarajal que hacerlo a pie. De hecho esta es una táctica ya explotada por los porteadores debido a que les resulta más fácil y sometido a menos retenciones el entrar en Ceuta en coches de terceras personas. Una excusa que a juicio del tribunal de la Sección VI de la Audiencia es “absolutamente razonable y adecuada”. Entiende además el máximo órgano judicial en la ciudad, que resulta difícilmente creíble que dos personas se pusieran de acuerdo para pasar a un inmigrante en un doble fondo, cuando dicha acción criminal puede ser desarrollada solo por una persona, asumiendo en exclusiva el riesgo de ser detenido.
Para la Audiencia no existe prueba suficiente para enervar la presunción de inocencia, al haber una “duda razonable” de que, efectivamente, su versión de los hechos fuera cierta, es decir, que desconocía que en ese vehículo se hubiera ocultado a un sin papeles. En aplicación del principio de ‘in dubio pro reo’ se ha estimado la absolución, declarándose de oficio las costas causadas.
La imposibilidad de echar el cierre al colador
Las entradas de inmigrantes ocultos en dobles fondos constituyen hoy por hoy un auténtico filón para las pequeñas redes dedicadas a este tipo de labores. El propio delegado del Gobierno, Francisco Antonio González, ya avanzaba que habrá que adoptar medidas suficientes para garantizar la seguridad en la frontera aunque haya reacciones económicas. La imposibilidad de echar el cierre a lo que es un auténtico colador incide directamente en esta situación de presión que se registra en la ciudad con cifras de entradas semanales que superan la veintena. Sí se han llevado a cabo operaciones y detenciones aisladas pero no se ha llegado a abortar con la contundencia necesaria un tipo de pases que dispone de flota de vehículos con dobles fondos y que está sirviendo de atracción para introducir, previo pago de mayores sumas de dinero, a los inmigrantes que esperan al otro lado de la frontera. En estos pases hay personas implicadas pero también víctimas que nada saben de la actuación criminal llevada a cabo. Esas víctimas son personas que acuden de copilotos o aquellos a los que se les ‘cuelan’ inmigrantes sin que ellos tengan constancia, viéndose al final acusados de delitos en los que realmente no han tenido parte.