El calendario reserva cada 5 de agosto su espacio a la Patrona de Ceuta. Es ella la auténtica y única protagonista de su día, en una conjunción entre el fervor religioso y el broche final a los festejos con los que le honra toda una ciudad.
La jornada se torna festiva para que los fieles no tengan excusa y, un año más, pueblen las calles para acompañar a la imagen en el recorrido por las principales calles, en su punto de partida a los pies de su Santuario, en el peregrinar de apenas unas horas y en el regreso hasta la que vuelve a ser su casa durante los siguientes doce meses. Cada 5 de agosto Ceuta y la Virgen de África se confunden, se tornan una. Fue lo que ocurrió ayer.
A las 20:00, con el calor dando algo más de tregua que en ediciones anteriores, la imagen salía de su templo bajo los sones del himno nacional. Arrancaba la Santa Misa Pontificial que ofició el Obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza Boy, arropado por todo el clero local con el vicario general, Juan José Mateos, a la cabeza. Hubo de nuevo un llamamiento a preservar la fe, la devoción a la Madre de Ceuta, a la convivencia en paz y a la armonía, señas de identidad de una ciudad que sabe interpretar las bondades de la multiculturalidad. Era solo el prolegómeno de la procesión que arrancaría pasadas las 21:15.
La Madre de Ceuta, la talla centenaria que protege a la ciudad desde tiempos inmemoriables, iniciaba entonces su paseo por las que son sus calles. Tras ella, la comitiva encabezada por las principales autoridades de la Ciudad, con su presidente, Juan Jesús Vivas, al frente. Y con él, su Gobierno casi en pleno, el delegado del Gobierno, el comandante general, líderes de la oposición, cofradías y hermandades, casas regionales y representantes de todos los estamentos civiles que articulan el devenir diario de la ciudad. Y como acompañamiento, la pieza fundamental: los fieles ceutíes, y también los llegados desde otros puntos de España, que veneran a la Patrona durante todo el año y esperan durante 364 largos días para verla de nuevo a pie de calle.
Esa era la estampa de ayer a lo largo de todo el recorrido, que atravesó puntos tan concurridos como la calle Jáudenes, con su lluvia de pétalos de flores; el Paseo del Revellín o el regreso a lo largo de la Avenida Sánchez Prado. Otro capítulo emotivo de la procesión de Gloria volvió a escribirse al paso por la Plaza de la Constitución, donde un año más se entonó la Salve que conmemora y agradece la protección que la Patrona brindó a la ciudad en el lejano año 1651, cuando la cubrió con su manto y la libró de la epidemia de peste que amenazaba con asolarla y diezmar a su población. El buen hacer de la cuadrilla de costaleros que portaba la imagen y los sones de la Banda de Ceuta añadieron su grano de arena a la majestuosidad con la que la Virgen de África se asomó ayer a sus fieles.
Con ese mismo paso enfiló la Patrona su regreso hasta el Santuario de la Plaza de África. Allí aguardará un año más, hasta el próximo 5 de agosto, cuando la ciudad vuelve a paralizarse para recordarle que le sigue profesando un fervor idéntico al de las décadas pasadas. La Madre de Ceuta recogió ayer flores y suspiros de admiración, pero más aún la entrega abnegada de sus hijos. Patrona y madre, como bien reza el himno que resume el sentir de todo un pueblo.
El Besamano pone el broche a los actos en su honor
Aunque las Fiestas Patronales acabaron de forma oficial anoche con los fuegos artificiales, la tradición aún reserva un acto en el Santuario de la Virgen de África. Será, como cada año, el tradicional Besamanos a la Patrona de la ciudad, que permanecerá hoy expuesta durante toda la jornada para que los fieles se despidan de ella y le presenten de nuevo sus respetos. Volverá a ser un goteo incesante de jóvenes y adultos quienes se acerquen hasta el Santuario de la Plaza de África. La talla lució el pasado año con el manto rojo que la familia Palacios Cerni donó a la Hermandad. Será, pues, el punto y final a los actos litúrgicos organizados por la Festividad de Nuestra Señora de África que arrancaron con la Novena, continuaron con la Ofrenda Floral y acabaron ayer con la Misa y la procesión por las calles de Ceuta.