Cometemos los mismos pecados al volante y corremos idénticos riesgos que el resto de los españoles por culpa del parque de vehículos más antiguo de toda la Unión Europea, pero a la directora general de Tráfico, María Seguí, lo que más le sorprendió ayer, en su primera visita oficial a la ciudad, fue el uso desmedido que a su juicio hacen los ceutíes de los vehículos particulares.
“No tiene sentido utilizar el coche para desplazarse 200 metros y comprar algo en la tienda de la esquina”, diagnosticó elevando ese hábito a la condición de “mal uso”. En el puesto desde 2012, cuando relevó a Pere Navarro, la encargada de luchar contra la lacra de la siniestralidad en las carreteras aprovechó también para lanzar una advertencia a la Administración local: en Ceuta, como en muchos otros puntos de la geografía nacional, no se realizan todos los controles de droga y de alcoholemia necesarios.
Sobre la primera de sus conclusiones, Seguí tachó de “absurdo” que en una ciudad con un casco urbano tan reducido circule a diario tal volumen de vehículos, un error que, alertó, “supone consumir carburante y estar ocupando espacio para dejar el coche finalmente en doble fila, obligando al resto a maniobrar”. Un escenario que, insistió, ha sido “de lo peor” que ha “observado” en la ciudad durante su breve estancia. Como alternativa, sin embargo, descartó medidas como las aplicadas en las grandes capitales europeas, que autorizan el acceso al centro de las urbes a los vehículos solo en determinados días, dependiendo por ejemplo del número final de la matrícula. “Hay otras alternativas más justas, como la reducción sostenida del número de vehículos. No que yo tenga derecho a sacar mi coche y me lo restrinjan a días pares o impares, sino aplicar el sentido común”, que prefiere canalizar hacia soluciones como “caminar, ir en bicicleta o en transporte público”.
La otra recomendación tenía como diana la Ciudad. En el repaso a los malos hábitos y costumbres de los conductores, la directora general de la DGT recordó que los ceutíes realizan “la inmensa mayoría de sus desplazamientos en entorno urbano”, por lo que cobran vital importancia factores como “el uso del cinturón de seguridad o del casco”, pero también “los controles de alcohol y drogas tan necesarios” y que, pese a ello, dijo no tener “la evidencia de que se realicen en Ceuta con la misma intensidad y el rigor que se deberían estar realizando en vista del tipo de conducción y de las lesiones que se producen”. Seguí no aportó datos concretos y remitió al encuentro que en septiembre reunirá a alcaldes de toda España en Torrevieja. Será allí donde se aporten cifras concretas, aunque asumió que la ley no obliga a los ayuntamientos a aportar balances de las sanciones impuestas, solo de los puntos detraídos por conducción errónea. “Estamos observando, y es grave, que existen ayuntamientos donde determinadas infracciones jamás han conllevado la pérdida de puntos, jamás se ha monitorizado, y en otros hay graves lagunas”, denunció. Y como broche, una advertencia: aquellos municipios que no se vean “capaces” de realizar los controles preceptivos o se vean “superados” tienen abierta siempre la posibilidad de devolver esa competencia a la DGT, que la asumiría a través de convenios con la Guardia Civil.
Del resto de cuestiones analizadas en la visita, hizo hincapié en la condición de “punto de frontera” de Ceuta, con toda su “problemática de movilidad y transporte” asociada, y lanzó un mensaje a los conductores para que se sumen al lema de “cero lesiones, cero congestión y cero contaminación” que debería presidir las buenas prácticas al volante. La gran batalla sigue siendo, asumió, acabar con la “pandemia” de la siniestralidad, que según los datos en manos de la DGT recaen en buena medida sobre las vías urbanas, que aportan el dato negativo en contraste con la fuerte reducción en el resto. Y un dato alarmante: el anticuado parque automovilístico español multiplica los riesgos de accidentes, muy por encima del estado de las vías por las que se transita.
Ni el delegado se salva del ‘tirón de orejas’
El propio delegado del Gobierno confesaba ayer que el lunes, en el traslado en coche desde el Puerto, la directora de la DGT le “obligó” a colocarse el cinturón de seguridad en los asientos traseros. “Si a partir de ahora me ven sin él, se lo dicen, que se encarga de darme el repaso”, bromeó González, quién animó a cambiar el tópico “la costumbre mata” por “la costumbre salva”. En el centro, Seguí con Yolanda Bel, Adela Nieto y la directora de la DGT en Ceuta, Isabel Martí.
Transformación de oficinas y de modelo
Además de reunirse con el delegado del Gobierno y con autoridades de la Ciudad –el presidente Vivas se encontraba en Madrid–, María Seguí tenía fijada en su agenda una visita a las nuevas instalaciones de la DGT en Ceuta. Inauguradas en septiembre del pasado año tras una inversión global de 516.000 euros, ocupan 600 metros cuadrados en el Paseo de las Palmeras y pusieron punto y final al emplazamiento en la Rampa de Abasto, ya obsoleto y falto de espacio para responder a una dependencias modernas como las que requería la Jefatura de Tráfico.
Tras conocer de primera mano unas oficinas de las que alabó incluso “su mejor entorno y sus mejores vistas”, la directora general concluyó que la reforma “evidencia la voluntad de tratar de asistir mejor a la ciudadanía”. Ese salto hacia adelante lo atribuyó a la obsesión de la Administración central por someterse a sí misma a una transformación doble: la de sustituir el clásico e histórico papeleo por la gestión informática en aquellos trámites que así lo permitan y, por otro lado, en “reorientar al personal hacia otras funciones, como la mejor atención y el énfasis en el valor añadido de las personas”.
Ese cambio de modelo, que según Seguí se traducirá en un futuro no muy lejano en que por ejemplo un conductor pueda matricular su vehículo a través de Internet, es evidente ahora en Ceuta, una dirección provincial “privilegiada” porque en tiempos de recortes ha absorbido fondos del Ministerio del Interior para su modernización e incluso su reubicación física. “Coincide con tiempos en los que atendemos a las personas con más orden, con un sistema de cita previa. Atendemos también más cómodamente: el ciudadano llega, se sienta y un único funcionario tramita todo, en lugar de aquella antigua letanía que le hacía pasar por diferentes ventanillas”, recordó.
Ese cambio de mentalidad, del que se benefician a su juicio trabajadores y usuarios, se extiende a novedades como la inauguración de las Unidades de Atención a las Víctimas de Accidentes, a la que ya pueden acudir los ceutíes en busca de “información sobre cuáles son los recursos disponibles, sociales, sanitarios, judiciales...”. Además, se relanzarán las campañas de educación y se potenciarán las citas previas. “Ahora es más grato ir hasta las oficinas”, celebró Seguí.