El Consejo de Gobierno, reunido en su tradicional cita de todos los viernes, recogió ayer el guante de las quejas ciudadanas y de las de la oposición, planteadas incluso en el pleno de la Asamblea, y aprobó un paquete de medidas urgentes para reforzar y agilizar los trámites en el área de Asuntos Sociales.
En una ciudad que arrastra una descomunal tasa de desempleo, donde la pobreza afecta a un desmesurado porcentaje de población, la Administración local se ve obligada a cubrir las necesidades diarias de miles de sus vecinos. Prestaciones, acogimiento, atención a colectivos vulnerables o desfavorecidos... Todo ese entramado burocrático se traduce en miles de gestiones, de documentos, de expedientes que hay que consultar, solventar y autorizar. Y en plena crisis las gestiones se han multiplicado hasta desbordar la capacidad de la Ciudad, incluida la que afecta a su personal. En los últimos meses se había denunciado que en ciertas convocatorias el ciudadano se veía obligado a guardar cola durante interminables horas delante de la oficina de turno, o incluso dormir delante de las instalaciones administrativas para conseguir un número que le diese derecho a la atención por parte de los técnicos y funcionarios. Todo eso se solucionará con el plan de choque presentado ayer por la consejera Yolanda Bel, que entre las siete medidas contempla el incremento de plantilla de atención al público y la implantación de citas previas que destierren mecanismos más propios de otros tiempos. Bienvenida la reacción a tiempo de la Ciudad, más aún en tiempos en los que Servicios Sociales se convierte en el paraguas bajo el que se cobijan tantos necesitados.