Los recursos hídricos son escasos, requieren una gestión eficaz y su uso racional depende, en buena medida, de una tarea de concienciación alimentada desde la infancia. Con esas premisas convocó la Consejería de Sanidad y Consumo, por sexto año consecutivo, el certamen Soy agua, soy salud, en 20 centros educativos de la ciudad.
El éxito de participación se traduce en cifras: 552 trabajos de otros tantos alumnos de 5º de Primaria en sus tres modalidades (253 dibujos, 205 redacciones y 94 fotografías). Los primeros clasificados de cada disciplina recibieron ayer sus premios y distinciones de manos del presidente de la Ciudad, Juan Jesús Vivas. Se llevaron bajo el brazo tabletas, libros electrónicos y material escolar pero, sobre todo, el reconocimiento a su habilidad para plasmar sobre el papel el mensaje que se pretendía difundir.
De la imaginación de Hafsa Mohamed, del ‘Federico García Lorca’, surgió una Reina de las gotas que concienció a los súbditos de su territorio imaginario contra los perjuicios del derroche. El relato le sirvió para adjudicarse el primer premio, por delante de Nizar Salmi, del ‘Reina Sofía’, y la poesía de Naufal Essolaymeny, del ‘Santa Amelia’. De los lápices de colores de Olimpia González, del ‘Beatriz de Silva’, nació también un elocuente dibujo: un podium del año 2014 en el que el objeto más valorado es una joya, en contraste con otro futurista de 2044 en el que el primer peldaño lo ocupa una botella de agua. En esa categoría también fueron galardonados Manan Ahmed, del ‘San Agustín’, y Firdaus Dris, del ‘Severo Ochoa’. En la tercera modalidad, la de Fotografía, el jurado concedió la máxima distinción a Anna Soringer, del ‘Lope de Vega’, por una instantánea que aúna en el mismo encuadre el mar, el arcoiris, la lluvia y una vista parcial del Parque del Mediterráneo. En segundo y tercer lugar, Hayar Tahar, del ‘Maestro José Acosta’, y Fatima Sohora Abdeselam, del ‘Ortega y Gasset’.
En su intervención, Vivas felicitó a los premiados, pero hizo también extensivo su reconocimiento a los centros escolares –en especial a sus profesores, porque “en los centros está la clave de casi todo”– y a las consejerías de Educación y Sanidad, cuyos titulares, Mabel Deu y Abdelhakim Abdeselam, estaban también presentes en el Salón del Trono. Con la suma de esfuerzos, subrayó el jefe del Ejecutivo local, se “cultivan valores” que, en este caso, equivalen a “transmitir civismo, responsabilidad y solidaridad”. Ahorrar agua, subrayó, es “bienestar social porque no abunda”, pero también implica un “componente económico, ya que el dinero que se libera se puede invertir en mejorar la calidad de otros servicios y en ayudas al desarrollo”.
El equipo que vela por la política de ahorro y por una gestión eficaz de los recursos hídricos lo completan en la ciudad los funcionarios y el personal del Laboratorio Municipal, con Rebeca Benarroch al frente. A ellos atribuyó Vivas la condición de “ángeles de la guarda” por garantizar con su trabajo diario “seguridad, confianza y tranquilidad” a los ciudadanos por el agua que beben, pero también por la que les rodea en piscinas, parques o playas.