El juzgado ha archivado el caso abierto en diciembre del pasado año tras recibir notificación de la UCRIF del Cuerpo Nacional de Policía de que un subsahariano, natural de Sierra Leona, había entrado en Ceuta después de asesinar a su novia a puñaladas.
La competencia de los tribunales españoles para conocer de los delitos cometidos en el extranjero por extranjeros es nula, de ahí que poco se haya podido avanzar judicialmente para aclarar si la historia que narró este inmigrante a la Policía era cierta o no.
Pero es más. Para cuando a la Fiscalía le dio por intentar tomar declaración al subsahariano en cuestión, aun a sabiendas de que la justicia española poco pudiera hacer al respecto, el inmigrante ya se encontraba en paradero desconocido después de haber sido trasladado desde el CETI a un CIE de Huelva, tras aplicarse la oportuna orden de expulsión.
El joven, natural de Sierra Leona y que se coló en Ceuta en 2013 escondido en un coche, sorprendió a la UCRIF al confesar que su periplo migratorio obedecía a una necesidad de fuga tras haber cometido un crimen en su país, en concreto el de su propia novia tras sorprenderla con otro hombre en la cama.
Fue la confesión del inmigrante la que llevó a que la UCRIF, la unidad policial que se encarga de las investigaciones de las redes de tráfico de inmigrantes, remitiera un informe a la Fiscalía de Ceuta para comunicarle lo sucedido, iniciándose así un periplo judicial que ha terminado finalmente con el archivo de la causa y sin saber si, al final, el supuesto homicida lo era o su confesión obedecía a algún tipo de trastorno.