Asturias cuenta desde esta semana con un enclave privilegiado en el mismo corazón de Ceuta. O al menos su gastronomía, ese valioso reclamo que atrae cada año a miles de turistas hacia el Principado. Con el objetivo de presentar a este lado del Estrecho la oferta de esa privilegiada mesa abrió el jueves sus puertas El Chigre, una sidrería impulsada por dos jóvenes empresarias, Silvia Vivancos y Bárbara Vega –ceutí y asturiana, para más inri– , que ocupa el espacio que en su día albergara en la calle Velarde el mítico Bravo.
“La idea parte de mí, que llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de abrir un negocio. Hace unos meses, en un curso, conocí a Bárbara y a partir de ahí pensé por qué no montar una sidrería, que es un negocio que no existía en la ciudad. Le pareció bien y en esa aventura estamos”, detalla Silvia en un receso del trabajo. Una apuesta que define como “innovadora, original” y que pretende convertirse, con el respaldo de su clientela, en referente de la hostelería local.
¿Qué ofrecen? El eje que sustenta el negocio es la sidra, la bebida que Asturias ha logrado exportar a todo el planeta hasta convertirla en una de sus auténticas señas de identidad. En El Chigre se sirve, pero sobre todo se invita al visitante a que participe, de forma activa, en ese auténtico ritual previo a la ingesta que es el escanciado. “Es el auténtico reclamo”, reconocen en el establecimiento. El procedimiento, que ya han llevado a la práctica varias decenas de clientes en los primeros días de vida del bar, consiste en elevar la botella sobre la cabeza y dejar caer el líquido sobre el vaso, colocado de forma oblicua (rozando casi la línea horizontal, que recomendarían los puristas). Para los no iniciados han ideado unos tapones de plástico que prestan su colaboración para que la sidra no acabe por los suelos. “A los clientes les gusta esa experiencia, se lo pasan bien”, celebra Silvia.
Aunque esencial, la bebida no es el único pilar que sustenta la oferta de El Chigre. Para acompañar la sidra, el establecimiento ha diseñado una amplia carta plagada de suculentos platos, todos ellos con la típica denominación de origen del Principado. La lista arranca con las clásicas fabes o el chorizo a la sidra y continúa su recorrido a través de las papas al Chigre, la morcilla matachana o los tradicionales tortos, que con su base de maíz son herederos de la cocina asturiana más ancestral. Los escalopines de cabrales o las ensaladas dejan también hueco a platos más de la tierra, “para quienes prefieran optar, por ejemplo, por pescados, porque tratamos de atender a todos los paladares”, aseguran.
‘Pepe Caballa’, presente
Al cliente le recibe, en la misma fachada, un personaje mítico de Ceuta. No es otro que Pepe Caballa, la genial creación nacida de los pinceles de de Vicente Álvarez, quien no ha querido faltar a la cita de El Chigre. En un cartel y a lo largo de seis viñetas, el barbudo más famoso de la ciudad ofrece una lección acelerada de cómo escanciar con éxito la sidra sin que acabe decorando el suelo. “Es increíble poder contar con un artistazo como Vicente. Le pedimos que nos creara un personaje para que explicara a los visitantes cómo servir la sidra. Y fue él mismo quien nos sugirió que fuera Pepe Caballa. A todo el mundo le hace mucha gracia, les encanta la idea”, reconoce Silvia Vivancos.
Con cuatro empleos ya creados, El Chigre ha despegado con fuerza durante esta semana. “El jueves abrimos solo para amigos y familiares, pero en los siguientes días ya hemos empezado a recibir a nuestra clientela”, destacan. El emplazamiento elegido, el local del antiguo Bravo, contribuye: “Todo el que pregunta dónde estamos suele responder que es un buen sitio. Esperemos que pronto digamos que está a reventar”. Abierto de martes a domingos al mediodía, a partir de la próxima semana también comenzará a servir desayunos.