Un partido político debe ofrecer ruedas de prensa cuando realmente tenga algo que decir. De lo contrario, termina convirtiéndose en una especie de circo que no es siquiera respetada por los medios de comunicación, que ya hacen apuestas por ver con qué ocurrencia sorprenderán ahora. En ese círculo de buscar a la desesperada un espacio mediático cayó hace tiempo el PSOE. Tal es así, que no les importa comparecer para equivocarse; citar a los medios para hacer el ridículo; o, peor aún, salir a la palestra mediática para contradecirse y cargarse el trabajo de los predecesores así como el respeto conseguido.
Con el sello de ‘convocatoria urgente’, el secretario general del PSOE convocaba el pasado miércoles una rueda de prensa para anunciar la presentación de una Proposición No de Ley sobre la frontera. De inmediato ofrecía a los medios las fotos que se había hecho sacar en su escapada, tras el pleno del martes, al Tarajal para posar mostrando interés ante la clase empresarial presente. Entre las propuestas de dicha PNL se incluyen asuntos que forman parte de la historia reciente de la gestión socialista pero que el propio Carracao obvia o evita con tal de buscar un foco mediático. ¿Es entendible que proponga el cierre del Biutz cuando fue el propio PSOE el que abrió este paso defendiendo ya no solo su viabilidad sino su éxito para evitar problemáticas? Al ex asesor de la Delegación parece no importarle detalles que, al cobrar protagonismo mediático, no hacen sino afear aún más la gestión hecha por su propio partido. Insiste en hablar, por ejemplo, de la corrupción en el Tarajal, obviando que se evitó, estando él como asesor, una investigación en condiciones cuando la UIP de Madrid puso negro sobre blanco lo que allí estaba sucediendo.
Mayor ejercicio de irresponsabilidad es el de echar en cara al PP la inexistencia de una aduana comercial cuando el propio Francisco Antonio González, siendo parlamentario, la solicitó y el PSOE en el Gobierno la rechazó.
Con meteduras de pata de esta índole Carracao no demuestra más que su nula preparación para estar al frente de un partido histórico como el PSOE. No se puede incurrir en tantos errores de manera gratuita. La política no está para ser reducida a infantilismos, para permitir este tipo de ausencias nefastas de personalidad y de valía. No puede ser así, ¿cómo defender propuestas que terminan volviéndose contra uno mismo? Es el colmo para un líder que solo busca rodearse de palmeros, que no acepta las críticas y que cada vez que se le apuntilla su errático comportamiento termina haciéndose el mártir doliéndose de persecuciones inexistentes. Uno no puede dedicarse eternamente a tirar la piedra y esconder la mano. Hay que estar donde se debe y como se debe.