Así ha sucedido por ejemplo con algunos subsaharianos procedentes de Costa de Marfil que llegaron a Ceuta en 2008 pidiendo asilo y cuyas solicitudes han sido desestimadas al considerarse por parte primero del Ministerio de Interior y, después, del propio órgano judicial, que eran falsas.
Se han detectado varios casos similares, en los que los costamarfileños coincidían en su perfil hasta el punto de que la Audiencia ha considerado que se trata de “peticiones clónicas”. La propia Oficina de Asilo y Refugio había alertado de esta situación en un informe que ha sido tenido en cuenta por la Audiencia Nacional en varias de las sentencias dictadas en las que se desestima el asilo a ciudadanos costamarfileños. Son peticiones formalizadas todas ellas en el año 2008, “que se caracterizan por tener elementos comunes que indican un perfil estereotipado y escasamente creíble”, se indica. Las solicitudes fueron presentadas prácticamente en las mismas fechas por individuos que decían proceder del mismo poblado, tener la misma profesión, edad y religión. Además las respuestas que daban a las distintas preguntas que se les efectuaron para saber si mentían o no respecto a su origen resultaron ser idénticas.
En todos los casos se habla de ciudadanos huidos de su país por amenazas de muerte al no quererse unir a un bando determinado en la guerra. Curiosamente al ser preguntados por nombres de ríos, ciudades o por detalles del conflicto bélico habido no saben aportar respuestas acertadas.
Este tipo de situaciones se han repetido con otros colectivos que exponen causas distintas para solicitar el asilo. Tal es el caso de los cameruneses que hace un par de años pidieron dicha protección argumentando todos ellos que eran homosexuales y se les perseguía por su orientación sexual. Sus peticiones fueron también desestimadas, tal y como ya informó El Faro.
El uso perverso del asilo
Oenegés como ACNUR o la propia ONU han denunciado el bloqueo al que se ven sometidos los inmigrantes que llegan a Ceuta o Melilla en busca de asilo. Han denunciado que auténticos peticionarios de esta protección internacional esperan años y años a que se les conceda, lo que termina provocando cuadros de desesperación. Se trata de inmigrantes víctimas de conflictos bélicos o de persecuciones de carácter político. Son víctimas además del uso perverso que otros inmigrantes hacen del asilo, solicitándolo cuando en realidad están inventándose sus propias historias.