“No es normal que un señor cruce el paso fronterizo del Tarajal con más de 20 botes de leche, aunque los porte en bolsas de plástico”, puso como ejemplo Ramesh Chandiramani, presidente del polígono de La Chimenea, para ilustrar los casos en los que la Guardia Civil decomisa la mercancía. “En ese caso se considera que no es para consumo propio, sino que es una expedición comercial”, añadió el portavoz de los empresarios.
Por parte de ambos países, reconoció Chandiramani, está autorizado el tránsito de productos al por menor si es para su utilización en el domicilio, un traslado independiente de los bultos que cruzan a Marruecos a través del puente del Biutz. Esta práctica consentida queda patente en los trabajadores transfronterizos que regresan a sus domicilios al finalizar su jornada laboral en la ciudad autónoma, fundamentalmente en el sector de la construcción y el servicio doméstico, entre otros.
El régimen de viajeros permite el paso de compras de cualquier producto siempre y cuando sea para uso personal, es decir, un conjunto de bienes que por su cantidad y destino no puedan considerarse bienes para su exportación, explicó Chandiramani, quien retomó el ejemplo de pasar un bote de leche de Ceuta a Marruecos por cualquier preferencia, como puede ser la marca.
Tanto los empresarios del Tarajal, encarnados en Chandiramani, como la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE) distinguieron entre los bultos que atraviesan el Biutz y las bolsas de los clientes.