Protesta de vecinos, padres y alumnos del CEIP ‘Príncipe Felipe’ al bloquear las escaleras que conectan con la frontera.
El remedio ha resultado ser peor que la enfermedad. Las mañanas de tapones a las puertas del CEIP ‘Príncipe Felipe’ provocados por la aglomeración de porteadores que abandonan los polígonos del Tarajal por las puertas de la Fase II en dirección a la frontera del Tarajal, provocaron que la comunidad educativa se manifestara este miércoles contra este colapso y exigiera a la Administración soluciones.
Los vecinos del Tarajal-Caracolas 1 y 2, las viviendas ubicadas en el tramo entre el colegio y la carretera de la frontera, amaneció ayer con una cuadrilla de Obimace descargando sacos de cemento y bloques de hormigón para levantar una muralla que impida a las porteadoras usar las escaleras porque paralizan la salida y entrada del colegio o los ponen en riesgo a causa de los empujones. “Nos ponen muros como en una pequeña Palestina”, protestó un integrante de las cuatro familias que residen en la zona.
Al pequeño grupo que se movilizó durante la mañana, se unieron vecinos del Príncipe Alfonso y Felipe, Arcos Quebrados y Casas Nuevas que descendían la pendiente hasta la parada de autobús o bien se desplazaban a la frontera del Tarajal. Todos manifestaban su oposición al bloqueo de los escalones que permite a los transeúntes acortar camino, especialmente a los alumnos del ‘Príncipe Felipe’, un centro al que asisten menores ceutíes que residen en Marruecos, indicó Said Mohamed Laarbi, presidente de la Asociación de Vecinos del Príncipe Felipe.
“La Delegación no da motivos pero ha comunicado que va a cerrar esta escalera y la de arriba, que está junto al colegio, y los vecinos tendrán que dar la vuelta por el carril del Jato o bien por la carretera de arriba para ir a cualquier sitio”, informó Mohamed a los vecinos de Tarajal-Caracolas 1 y 2 –con 28 años de historia– y a los interesados en saber qué ocurría con la escalera. El presidente del Príncipe Felipe avanzó que el lunes solicitarán una reunión con Delegación del Gobierno y las familias aseguraron que también acudirán.
“Aquí viven personas mayores que están enfermas y niños pequeños. ¿Qué ocurrirá ahora cuándo tengamos que salir por una emergencia?”, se preguntaban los vecinos y el presidente de la barriada. “Estamos aislados y ahora nos puede ocurrir cualquier cosa por la noche, incluso robarnos porque nadie se va a dar cuenta”, añadieron indignados.
La primera negativa, en la que se vivieron momentos de tensión según los testigos presenciales, logró que la construcción se paralizara e incluso el vehículo de la empresa municipal desalojara el lugar cargando el material. Poco después, el camión regresó a este punto de la carretera para terminar la obra. Los efectivos contaron con protección de la Unidad de Intervención Rápida de la Policía Local (UIR) ante los contratiempos que pudieran surgir dado el nerviosismo del primer intento.
La presencia policial no sofocó los ánimos y, a medida que avanzaba la mañana, mayor era el número de personas que se acumulaban en el entorno. El malestar alcanzó su punto álgido a la salida de los niños del colegio ya que los menores y sus padres se encontraron con la escalera cerrada al paso y teniendo que dar un rodeo para coger el autobús o ir a la frontera. Finalmente, mantuvieron la calma pero a última hora de la tarde, comunicaron desde la barriada, el tabique fue derribado por varias personas.
Por otra parte, Jesús Mª Sánchez, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) visitó el colegio ‘Príncipe Felipe’ junto a Mustafa Mohamed, presidente de la FAMPA. “Me ha sorprendido en la visita que los alumnos conviven con bultos que son cinco veces más grandes que ellos. Pedimos a la Delegación del Gobierno que no se vean afectados los niños por algo que es cosa de adultos”, declaró Sánchez, quien tildó de “inhumano” el trabajo de las porteadoras.
Un rodeo hasta el autobús y la frontera
Los alumnos tienen que ir hasta el paso de peatones del Hospital y luego por la N-352
Padres e hijos se encontraron a la salida de las clases, para su sorpresa, la escalera que conecta el CEIP ‘Príncipe Felipe’ con la carretera de la frontera (N-352) cerrada con un muro de hormigón. Las familias y alumnos de la ESO o Bachillerato que cogen el autobús en la frontera del Tarajal, o aquellos que residen en Marruecos, tienen que dar un rodeo que provoca molestias, trayectos más largos y, según denunciaron de forma pública a este periódico, ponen en riesgo a los niños en situaciones como las de la foto de la izquierda. Los estudiantes y sus progenitores recorren el carril del Jato y bajan la carretera hasta el paso de peatones en la subida al Hospital Universitario o bien toman el arcén de la carretear para ahorrarse un tramo.
Escoltado
Obimace cumple órdenes y tapia el tramo de escalera
A la segunda fue la vencida y los operarios de la empresa municipal lograron bloquear los escalones que conectan con la carretera de la frontera con una pared de hormigón. Primero agentes de la UIR de la Policía Local y después de la Nacional garantizaron la normalidad en los trabajos.
Atajos escarpados y peligrosos
Exigen un paso alternativo antes de cerrar y preguntan si piensan que “son cabras”
Para ahorrar tiempo, muchos transeúntes decidieron descender la escarpada ladera que acaba en la carretera de la frontera, en el arcén sin acera. Al invadir la carretera, los vehículos tuvieron que aminorar la velocidad e incluso esquivar a algún peatón. Los vecinos del Príncipe Felipe aseguraron que antes de bloquear la escalera tendrían que haber construido un paso alternativo para los viandantes. “¿Acaso se piensan que somos cabras?”, se preguntaban.