Agentes de la Policía Nacional han conseguido identificar a dos hermanos por su presunta relación con una serie de estafas que se habían llevado a cabo haciendo cargos fraudulentos en tarjetas de clientes. Una de las implicadas era camarera de un centro hostelero y gracias a su profesión consiguió llevar a cabo varias compras en tarjetas de clientes que, en algunos de los casos, hasta desconocían la estafa sufrida y fueron alertados por la propia Policía.
Tal y como ha explicado la Jefatura Superior, la investigación que ha terminado con la imputación de P.M.G. y F.J.M.G., de 32 y 35 años, comenzó tras la denuncia interpuesta por uno de los perjudicados, que se dio cuenta de cómo le habían cargado una compra online que se había hecho en un supermercado. La Policía supo que el método usado para esta carga había consistido primero en la copia de la numeración de las tarjetas de crédito de las víctimas. Además del nombre, los autores de los hechos, copiaban los 16 dígitos del anverso de las tarjetas, la fecha de caducidad y los tres números del reverso. Con estos datos tenían lo suficiente para realizar transacciones fraudulentas por internet, siendo el importe de las compras cargados a las cuentas asociadas a las tarjetas de las víctimas. Y es que para llevar a cabo estas compras, es lo único que se pide por parte de muchas empresas, a pesar de que se ha advertido de la necesidad de cambiar estos métodos y que, por ejemplo, se solicite también el DNI.
Para poder tomar estos datos, entraba en escena la camarera, que se aprovechaba de su condición de empleada de un conocido establecimiento de hostelería para recoger estos números. La Policía comprobó que en fechas distintas, varios perjudicados habían acudido como clientes a ese local, usando para el pago de sus consumiciones la tarjeta. Esto habría sido aprovechado para copiar los datos que necesitaba y después hacer compras por internet.
En el momento de la detención se intervinieron 475 euros en metálico y varias comandas, de las utilizadas en los establecimientos de hostelería, donde hay anotadas identidades con numeraciones de tarjetas de crédito, por lo que en la actualidad se están realizando gestiones tendentes a averiguar si hay más víctimas.