Durante todo el día funcionó el mismo dispositivo que se ha estado aplicando desde el pasado jueves, cuando comenzaron las retenciones. Según datos de Protección Civil, el viernes se registró el embarque de 12.000 personas y tres mil vehículos. Marruecos colaboró haciendo filtros en su lado de la frontera para que en ningún momento Ceuta se quedara taponada y la circulación rutinaria de vehículos se viera afectada. Así, desde Marruecos se facilitaba la entrada de coches ocupados por los marroquíes que regresan a su hogar hasta que se llenaba la explanada de Juan XXIII-Chorrillo. Allí eran retenidos por la Guardia Civil hasta que recibían aviso del puerto informándoles de que la explanada para el embarque ya había sido desalojada. Así se funcionó durante toda la jornada, evitando que se organizaran tapones y bloqueos de mayores dimensiones. Aun así, la cantidad de vehículos que hicieron la fase de regreso a Europa por el puerto de Ceuta fue muy elevada. Esta situación tiene varias explicaciones: por un lado el bloqueo absoluto producido en Tánger, que tenía sus dos puertos al completo lo que le impedía absorber a más personas. Esto hizo que buena parte de ese flujo que se preveía iba a marchar por Tánger-Med o Tánger-Ciudad lo hiciera al final por Ceuta. Hubo casos de ciudadanos que protestaban porque se les había vendido billetes cerrados, con una hora de embarque, y se pensaban que nada más cruzar la frontera iban a llegar al barco directamente. No fue así. Engañados, protestaban, billete en mano, por lo sucedido y, en los casos más extremos, pretendían pagar su frustración con los empleados de algunas navieras que tuvieron que echar mano de buenas dosis de psicología. En algunos casos se trataba de magrebíes que llevaban esperando para embarcar hasta 14 horas, sumando tanto la espera en la frontera como la de la explanada y puerto.
Voluntarios de Cruz Roja, Protección Civil, trabajadores de la limpieza y agentes de todos los cuerpos de seguridad se coordinaban en el puerto para controlar una situación que desde todos los frentes se califica de histórica, ya que hacía años que Ceuta no tenía que absorber tanta cantidad de personas y vehículos.
En estos momentos de espera, colas, retenciones y demás hay quien aprovecha para la práctica de delitos. Así, a los 80 kilos de hachís que interceptó la Benemérita el pasado viernes, se sumaron ayer otros 18. Mientras la Policía Nacional detuvo a una decena de personas que pretendían embarcar llevando a un compatriota con documentación falsa para facilitar su pase a la península de manera clandestina. En todos estos servicios se terminó con la detención de los implicados y su puesta a disposición judicial.
Las quejas de los residentes
Las retenciones y bloqueos que se están ocasionando con motivo de esta anómala fase final de la OPE han ocasionado quejas también entre los ceutíes, en este caso por la deficiencia en los controles fronterizos. Según manifestaron a El Faro, cuando pasan de Marruecos al filtro de la Policía Nacional los residentes van separados de quienes van a embarcar, pero es al llegar al control de la Guardia Civil en donde todos se mezclan, lo que, a juicio de estas personas, esto produce más retenciones. “Nos quedamos ahí bloqueados hasta que haya sitio en la explanada de Juan XXIII, entonces es cuando abren y pasamos todos, después de que cierren la entrada con placas a todo el mundo, vayas o no a embarcar”, explicaba ayer un afectado, vecino de la ciudad. “A esto se añade que los guardias hacen controles muy lentos con los vehículos”, añade. La falta de ese carril para la gente que no va a embarcar en la frontera es lo que, dicen, ha ocasionado más problemas tanto a residentes como a marroquíes que venían a comprar.
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