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El film israelí palestino ‘Villa Touma’ inauguró la XII Muestra de Cine Multicultural
Existen muchas vías para fomentar y concienciar sobre la tolerancia, la igualdad y la multiculturalidad, pero si algo tienen las artes es que su modo de expresarlo, quizá, pueda llegar a ser el más impactante, uno de los que más hondo puede calar en la sociedad y llevarla a una reflexión. Es por ello que desde la Fundación Premio Convivencia, adscrita a la Consejería de Educación y Cultura, llevan ya doce ediciones potenciando esa diversidad cultural a través del cine con la organización de la muestra de cine multicultural que arrancó ayer en su XII edición.
Este proyecto se caracteriza por ser un evento cinematográfico, de carácter temático, cuyo principal objetivo es fomentar los valores de tolerancia, convivencia y respeto a lo diferente y tras once ediciones y más de cincuenta largometrajes, se ha conformado como una cita relevante en el calendario cultural de la ciudad.
En esta edición los títulos seleccionados giran en torno a la mujer y su figura como protagonista en las diferentes sociedades, ya que habla de un mismo sentimiento vivido en distintos contextos, en este mundo multicultural y diverso, donde no siempre se entiende que la figura de la mujer siempre es una luchadora, pero probablemente haya países en los que la batalla debe ser más intensa.
‘Villa Touma’, dirigida por la israelita Suha Arraf, fue la encargada de dar comienzo a esta edición que se extenderá hasta el viernes en el Salón de Actos del Ayuntamiento. El film palestino financiado con dinero israelí fue muy polémico en su momento y abrió la brecha entre ambas comunidades, aunque paradójicamente la cinta no fue concebida como un drama abiertamente político. La intención de Arraf no fue retratar a sus protagonistas palestinos como héroes o víctimas, sino simplemente mostrarlos como gente común, y eso lo logra a través de la historia de tres hermanas de Ramala que son cristianas, aristócratas, solteras e incapaces de afrontar la pérdida de sus tierras en la guerra de 1967 con Israel, lo que las lleva a encerrarse en un silencio del que las sacará una joven sobrina. Los asistentes pudieron disfrutar de una cinta en la que se percibió un carácter didáctico, olvidaron por un momento que estaban viendo cine y se sumergieron en esa cultura que retrataba el largometraje. Suha Arraf renunció al lenguaje cinematográfico para explicar toda la trama a través del lenguaje hablado. Es inevitable pensar con esta película en ‘La casa de Bernarda Alba’, ya que la película es ese encuentro de un grupo de mujeres. que caminan de funeral en funeral y en ese recorrido se reflejan los valores morales y religiosos de una sociedad muy tradicional y patriarcal.