España se encuentra en alerta tras detectar un caso de rabia canina, el primero registrado en este país desde 1978, aunque el Ministerio de Sanidad insistió en que el riesgo de infección es “muy bajo”. Se trata del pitbull que el pasado 1 de junio mordió a varios niños y un adulto en Toledo, y que fue abatido por la Policía. Los análisis postmorten al animal dieron positivo por rabia.
Abdelhakim Abdeselam, consejero de Sanidad y Consumo de la Ciudad Autónoma, comunicó que las autoridades sanitarias no han considerado oportuna la activación de los protocolos en la ciudad.
El Ministerio informó de que únicamente en Ceuta y Melilla se dan casos de forma ocasional en animales importados de Marruecos u otros países del norte de África, a pesar de la implantación del programa de vacunación antirrábica obligatoria y gratuita.
Castilla-La Mancha, Aragón y Cataluña, las comunidades autónomas por las que circuló el animal, han procedido ya a la búsqueda e identificación de contactos tanto humanos como animales del caso y a la administración de profilaxis.
Un pitbull que entró en España desde Marruecos en abril ha causado el segundo brote de rabia en España desde 1966, año en que esta enfermedad se consideró erradicada.
El animal, según su cartilla, había recibido una dosis de la vacuna contra la rabia en diciembre de 2012, antes de un viaje a Marruecos, donde estuvo entre el 12 de diciembre y el 12 de abril de este año. Se sabe que antes de llegar a Toledo estuvo en Cataluña, Aragón y posiblemente Granada. No obstante, los dueños habrían cambiado su versión varias veces.