La noticia corría como la pólvora en la barriada del Príncipe. Otros dos vecinos más han marchado a Siria, engordando lo que se ha convertido en un auténtico reguero de traslados protagonizados por ceutíes y marroquíes vecinos de la localidad de Castillejos. Y la presión que está siendo ejercida por los círculos que se están dedicando a fomentar estas captaciones es cada vez mayor. Solo por los casos conocidos hasta la fecha que han sido denunciados o en la Jefatura Superior o en la Guardia Civil, son ya siete los ceutíes que han marchado a tierras sirias informando de este hecho a sus respectivas familias a posteriori, tal y como éstas han ido poniendo de manifiesto en las denuncias interpuestas.
Los dos últimos en sumarse a lo que se ha convertido ya en una cadena que cobra fuerza en la barriada son dos adultos que habrían seguido el camino marcado después de la muerte de los tres primeros ceutíes que acudieron a Siria en abril del pasado año: es decir, vía Marruecos. De todas estas marchas hay constancia por las denuncias interpuestas, pero son muchas más las comentadas en el barrio, cuya credibilidad se pone en cuarentena por parte de las fuerzas de seguridad y de la Delegación del Gobierno por cuanto no hay constancia oficial de las mismas. A la marcha de españoles ceutíes se suman las de marroquíes de Castillejos (la semana pasada partían cinco, después de que esta localidad se haya convertido en un auténtico caldo de cultivo para la generación y contagio de estas ideas en torno a la yihad) y las de marroquíes con residencia en Ceuta.
La Delegación del Gobierno no esconde su preocupación por lo sucedido mientras que CNP, Guardia Civil y CNI trabajan desde sus parcelas en conocer las marchas y los autores intelectuales de las mismas, es decir, los que las fomentan.
En la barriada del Príncipe los vecinos reconocen lo que está pasando y muestran a El Faro su miedo por la generación de determinadas concepciones entre los jóvenes, en reuniones en cafetines con quienes lideran la extensión de determinados pensamientos a pesar del rechazo público hecho por algunos líderes religiosos y asociaciones musulmanas de peso.