Así se impide la entrada de desconocidos en un lugar protegido por su valor patrimonial. El derribo del cuartel de las Heras para dar cobijo a la futura Comandancia de la Guardia Civil terminó siendo secuestrado por la crisis, dando pie a un solar abandonado. La entrada de indocumentados en el único lugar protegido así como su uso a modo de ‘picadero’ por las mujeres que ejercen la prostitución en la zona, obligó a la Ciudad a tapiarlo. Tras la denuncia pública efectuada a principios de mes por su falta de protección, ha vuelto a ser tapiada con paneles de madera para evitar que individuos desconocidos la ocupen.
Septem Nostra ha denunciado la política seguida para con esta infraestructura, lamentando la “inútil pérdida” del antiguo parque de Artillería, derribado en su día porque iba a acoger la obra inmediata de la futura Comandancia, y sin que siquiera haya, años después, un proyecto. “No hay nada peor que una desaparición del patrimonio estéril”, critica el presidente de la entidad, José Manuel Pérez Rivera. El ‘Pabellón Cuartel de las Heras’, que es lo único que se mantiene en pie, está amparado por el máximo nivel de protección patrimonial que puede darse a un edificio (el nivel 1) en el vigente Plan General de Ordenación Urbana que se aprobó en 1992.
La asociación en defensa del patrimonio y el interés cultural, Septem Nostra, recuerda que en el catálogo del PGOU figura como ‘Pabellón Cuartel de las Heras’, aunque su denominación exacta es la de cuartel de la Compañía de la Red Militar.