Mucho antes de pensar en ser escritor de éxito, crítico literario del diario ABC y doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, de la que actualmente es profesor titular, Luis García Jambrina (Zamora, 1960) fue un adolescente apasionado de la Literatura y un estudiante arrojado. Cuando tenía la edad de los alumnos del IES Luis de Camoens, con los que ayer compartió 90 minutos de charla, se le ocurrió recurrir a la güija junto a una novia para contactar nada más y nada menos que con Fernando de Rojas, el autor de ‘La Celestina’, la obra más importante de las letras españolas entre la Edad Media y el Renacimiento.
Por tan sorprendente vía quiso aclarar, contó ayer a un auditorio boquiabierto, si De Rojas había tomado o no como punto de partida de su texto cumbre lo escrito por una amigo, como apunto algunos estudiosos del libro, para triunfar con un trabajo del instituto.
Años después, el escritor nacido a mediados del siglo XV en la Puebla de Montalbán reapareció en su vida como piedra angular de ‘El manuscrito de piedra’, lectura obligada para los jóvenes ceutíes que ayer, de la mano del Ministerio de Educación y los departamentos de Actividades Extraescolares y de Lengua y Literatura del IES ceutí, tuvieron la privilegiada oportunidad de interrogar e incluso criticar al autor.
García Jambrina, que tuvo que pelearse varias veces con el micrófono en el Salón de actos del instituto, reconoció ante los adolescentes que el final le quedó un tanto “precipitado” y advirtió muy serio a su auditorio que nada de güija, que no sigan su ejemplo en esa materia, que es algo “muy peligroso”.
Devoto de Sherlock Holmes, el escritor zamorano compartió con los jóvenes algunos secretos de autor como la particular “venganza” de un ex amigo que se cobra con uno de los personajes de su libro, que ya ha tenido una secuela con ‘El manuscrito de nieve’ y su “sorpresa” porque su primera novela sea parte del currículum formativo de los estudiantes de un instituto de Ceuta, ciudad que nunca había visitado y que le “encantó”.
“Donde no llega la Historia pueden llegar los escritores”, advirtió el autor castellano, quien defendió la necesidad de ser escrupulosos con el “rigor histórico” en obras como su novela, mitad histórica (el género que triunfa entre las mujeres, las grandes lectoras de estos tiempos, según subrayó) y mitad policiaca, un libro ambientado en la Salamanca de hace medio milenio en la que vivió Fernando de Rojas y en la que hoy reside García Jambrina, la ciudad en la que algún alumno del Camoens seguramente se habrá soñado esta noche tras una güija.