Los niños y jóvenes evitan así la celebración del juicio al disculparse ante el ofendido por sus palabras El delito es el mismo, solo cambia el formato utilizado. El incremento de las denuncias por injurias y amenazas en las redes sociales responde a que la utilización de esta herramienta se ha extendido entre la población, tanto en la adulta como en la infantil y juvenil. A pesar de que las condiciones de uso de redes sociales establecen que el acceso al servicio solo se permite a personas físicas mayores de 14 años, son muchos los menores que incumplen ese filtro de control y niños por debajo de esa edad se abren una cuenta con o sin autorización de sus progenitores.
La Fiscalía comunicó que la mayoría de denuncias entre menores acaban en un proceso de conciliación para evitar el juicio, es decir, antes de la celebración del mismo, el ofensor se disculpa ante el ofendido y éste acepta las disculpas.
Estas comunidades virtuales amplifican los insultos y amenazas que siempre han existido, pero esconden una intensidad distinta debido a que las acusaciones y los improperios están expuestos a un número de personas que dependerá de los contactos del usuario.
En el caso de adultos, las sanciones cambian en función de las injurias y las amenazas. En el caso de la sentencia por faltas, la pena establecida en el Código Penal es de diez a doce días de multa a razón de dos a 200 euros dependiendo de la capacidad económica del condenado. Salvo que sean amenazas graves, en ese caso constituye un delito y la condena dependerá de la naturaleza de las mismas. Las redes sociales vienen a modificar la plataforma en la que se vierten las injurias pero la infracción ya está recogida en la legilación, según las fuentes jurídicas consultadas.