"En Cataluña hay una asombrosa concentración de comunidades salafistas", ha explicado Reinares
Ceuta, con un 15 % de los yihadistas evaluados por el Real Instituto Elcano, es la segunda provincia que en este último quinquenio se concentran más individuos asociados a células, solo por detrás de Barcelona (24,3 %). A Ceuta le siguen Madrid (13,65 %), Melilla (9,3 %), Girona (7 %) y Alicante (4 %).
El director del programa sobre terrorismo global del Real Instituto Elcano, Fernando Reinares, considera que la "gestión" de la comunidad musulmana en Cataluña "se ha agravado con las tensiones independentistas" y que el actual contexto político también ha "complicado" la persecución de células.
Reinares ha expresado esta opinión durante el V Foro Elcano sobre terrorismo global, en la que ha presentado el informe sobre la actividad yihadista en España desde 2013 a 2017, que revela que de los 230 presuntos terroristas detenidos o muertos (ocho en los atentados de Cataluña de agosto) en esos casi cinco años, una cuarta parte estaban integrados en células en la provincia de Barcelona.
"En Cataluña hay una asombrosa concentración de comunidades salafistas", ha explicado Reinares, quien ha calificado este dato de "sorprendente", al que se suma, ha dicho, "un problema en la gestión de la comunidad musulmana que creo se ha agravado con las tensiones independentistas".
"Se añade también un problema real de cooperación en la detección de procesos de radicalización y en la persecución y desmantelamiento de células, grupos o redes que también se ha complicado en el contexto de la actual tensión política que se vive en esa comunidad autónoma", ha agregado.
Atentados de Barcelona y Cambrils
Precisamente, son los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto los que acotan el estudio descriptivo de la actividad yihadista en España presentado hoy y que se inicia con los datos de 8 detenidos el junio de 2013 en la denominada operación Cesto, el primer gran golpe a una red yihadista en España de captación y reclutamiento de terroristas para su envío a Siria.
Entre una y otra fecha, Reinares junto con la investigadora principal del fenómeno de Elcano, Carola García-Calvo, ha analizado la caracterización demográfica o las pautas de implicación terrorista de los 222 detenidos y los ocho muertos en Cataluña que reflejan, de un lado, que la gran mayoría está integrada en células, redes o grupos -solo uno de la cada diez es un actor solitario- o que el fenómeno tiende a concentrarse en "bolsas".
Siete de cada diez pertenecían a células de nueva formación, si bien Reinares ha advertido del tercio que son "regeneradas", es decir, que al menos un miembro ha estado implicado con anterioridad en alguna otra estructura, lo que exige estar atentos y una "perentoria necesidad" de programas de desradicalización en las prisiones donde la condena media de los detenidos está en torno a seis o siete años de cárcel.
El análisis de los 230 detenidos y fallecidos arroja también otros datos significativos como el hecho de que prácticamente la mitad se habían desplazado a zonas de conflicto, lo intentaron y tenían intención de hacerlo, o que un 31 por ciento estaban integrados en redes cuyas actividades se limitaban a territorio español.
Las tareas de estas células se circunscribían en una cuarta parte a la propaganda yihadista, aunque casi un tercio -un 27,7 por ciento- formaban parte de grupos en cuyo seno se desarrollaron funciones operativas, desde ideado a planificar o ejecutar atentados, como la célula de Ripol.
Respecto a la radicalización, el último informe de Elcano sostiene que el proceso se inicia en la mayoría de estas personas a partir de 2011 o 2012, lo que coincide con la guerra civil en Siria. La edad media al comienzo esta radicalización fue de 25,9 años en el caso de los hombres y de 20,7 años en el de las mujeres.