En política, el principio de Lampedusa viene a sugerir el “cambio de todo para que todo siga igual”. Algo parecido ha sucedido con el real decreto-ley, norma que persigue “garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud” y que, en el capítulo de la prestación sanitaria a extranjeros, se amolda a ese ‘cambio’ lampedusiano para que todo siga igual. De este modo, tal como contempla el decreto, los usuarios no residentes en la Unión Europea podrán seguir siendo atendidos por la sanidad pública en los particulares de “urgencias por enfermedad grave o accidente, cualquiera que sea la causa, hasta la situación de alta médica”, “la asistencia al embarazo, parto y postparto” y, en todo caso, la asistencia a menores de 18 años “en las mismas condiciones que los españoles”. Más información en la edición impresa de El Faro.