“Pronto pasarán 4 meses, nuestros corazones están ardiendo, solo pedimos una mano amiga”. Quien habla es una familiar de Sohaib Lamara, un joven argelino que el pasado agosto intentaba el cruce a nado a Ceuta desde Marruecos. Junto a él viajaban los gemelos Ayoub y Choaib, cuyos cuerpos sin vida fueron hallados en Marruecos.
De Sohaib nada se sabe. No hay rastro. Esa ausencia de noticias está matando poco a poco a sus familiares. A sus 20 años, este joven argelino decidió abandonar su país el pasado verano, siguiendo el camino de muchísimos más compatriotas. Nunca antes se había producido una salida tan masiva desde Argelia para emprender las rutas de la inmigración. Hubo muchas tragedias, algunas ni siquiera han trascendido a los medios de comunicación.
La noche del lunes 12 de agosto emprendió ruta a Ceuta partiendo de una de las playas del norte de Marruecos. “Llevaba un traje de buceo negro y aletas de diferentes colores, una azul y otra amarilla. Hasta ahora, no hemos oído ninguna noticia sobre él y pronto se cumplirán cuatro meses de su pérdida. Le pedimos ayuda para buscarlo”, implora su familia en declaraciones a El Faro.
Se aferran a la difusión de su fotografía en la búsqueda de ese particular milagro. Piensan que quizá ahora tengan suerte, que publicando de nuevo la imagen del joven alguien pueda ofrecer una pista sobre su paradero.
La angustia domina a la familia Lamara. No hay nada peor que la pérdida del rastro y el no saber a dónde acudir, qué puerta golpear para encontrar una respuesta.
La cicatriz en la mano
Sohaib presenta una cicatriz en la mano izquierda ya que tuvo que ser sometido a una intervención quirúrgica. Su familia cuenta que sabía nadar perfectamente, por eso la muerte de los gemelos que salieron en ruta con él no ha cerrado las puertas a la esperanza de que Sohaib se separara en ruta y pudiera haber llegado a algún punto o ser rescatado por un mercante.
En Argelia la familia Lamara mantiene vivo el recuerdo del joven, permanece en contacto con las noticias asociadas a la tragedia de la inmigración que se producen en Ceuta y reclaman ayuda a cualquiera que pudiera saber algo de lo ocurrido ese 12 de agosto, cuando la noche se llevó el recuerdo de un joven que ha dejado una familia destrozada.