Se cumplen dos décadas del descubrimiento del yacimiento de la Plaza de la Catedral y será conmemorado este lunes con dos conferencias en la Biblioteca Adolfo Suárez. Bajo el título ‘Indígenas y fenicios a orillas del Estrecho de Gibraltar’, José Suárez Padilla, profesor contrata de la Universidad y Málaga; y Fernando Villada, arqueólogo de la Ciudad Autónoma de Ceuta, ofrecerán sus visiones sobre este tema.
Cabe recordar que este yacimiento arqueológico, ubicado junto a la Catedral, se corresponde a la época de los fenicios, situada en el siglo VII a.C. Únicamente queda una estructura de cómo estaban algunos habitáculos cuando Ceuta era un asentamiento. Asimismo, se encontraron abundantes cerámicas, muchas de ellas hechas a mano y también restos de fauna terrestre y marina.
Siempre hubo dudas de que los fenicios, que eran unos grandes navegantes, estuvieran aquí y establecieran un enclave comercial estratégico. No se pudo confirmar hasta que se descubrió este yacimiento entre 2004 y 2005.
Este yacimiento está ubicado en una zona de máxima protección arqueológica
Con motivo del 20 aniversario de su descubrimiento, Fernando Villada hablará sobre “cómo se tomó la decisión de conservarlo, cuál ha sido el recorrido que ha tenido esa conservación, esos elementos que se pusieron ahí, y reflexionar, pasados 20 años”, sobre este yacimiento.
En cuanto a cómo se produjo este hallazgo, Villada cuenta que no fue fortuito, sino que “Ceuta está organizada, desde el punto de vista de la yac, en diferentes sectores, en los cuales se tiene mayor o menor constancia de la existencia de restos antiguos”
Así, en el caso de la Plaza de la Catedral, se encuentra ubicada en una zona de máxima protección arqueológica que va desde el foso hasta la Cortadura del Valle. Es decir, “que tenemos expectativas de que ahí pudiera haber elementos y niveles arqueológicos de interés”.
“Ahora, si la pregunta es si esperábamos encontrar un yacimiento protohistórico, la respuesta es no. No sabíamos, no lo esperábamos. Fue una sorpresa”, asegura el arqueólogo.
En cuanto al mismo, se encuentra a menos de un metro de la superficie y “ese subsuelo se ha quedado fosilizado porque desde época inmemorial en ese lugar ha habido un espacio sagrado. Hoy tenemos la Catedral, antes tuvimos una mezquita y también una iglesia. Con lo cual, en esa zona no se ha construido. No ha tenido el proceso que ha habido en el resto de la plaza de África y en todos los alrededores”.
De este modo, “ahí lo que hay es concentrado, en un espacio súper pequeño, unos dos mil setecientos años de historia de la ciudad”, asegura Villada.
“En esos dos mil setecientos años, estoy hablando de números, lo que ocurre en los procesos de construcción de los diferentes momentos, es que se han abierto huecos, se han puesto las tuberías, se ha hecho una riva en épocas medievales, se han puesto cosas a la Catedral en determinados momentos,... Es decir, se ha ido removiendo ese suelo, se ha ido destruyendo, en parte, a lo largo de todos esos miles de años. Por eso, es casi un milagro que se haya conservado la faceta más antigua”.
Tal y como asegura Fernando Villada, lo que se encuentra ahí “son restos muy frágiles. Imagínate un suelo apisonado de tierra y pintado de rojo, por ejemplo. Un suelo apisionado de tierra simplemente con que camines sobre él, o que le caiga agua cada vez que llueva puede que eso se moje” lo va destruyendo.
Y es que, “en el caso de la estructura, de los elementos construidos, a veces lo que queda es una hilada de tierra puesto uno al lado del otro”.
Por eso, este es “un yacimiento bastante delicado en cuanto a su conservación por las propias características de tierra, por cómo eran las construcciones en ese momento. No son las Murallas Reales, por ejemplo, que les puede llover y resisten perfectamente”.
En cuanto a los nuevos proyectos en torno a este yacimiento, se está trabajando en cómo se podría mostrar ese sitio al público. Para ello, “hay algunos compañeros que están trabajando en ver cómo esa zona se puede visitar de otra manera. Porque, te digo, se está haciendo un rediseño de ese espacio”, concluye Villada.