Stribor Kuric, doctor en Sociología y técnico de investigación del Centro Reina Sofía de FAD Juventud ha tomando el protagonista en estas III Jornadas de formación y debate sobre violencia sexual en Ceuta tras un descanso para el desayuno. Y lo ha hecho con un tema muy actual como es la ‘Juventud y violencia sexual en la era digital: pornografía, misoginia y manosfera’.
Su ponencia ha estado estructura en tres bloques. El primero de ellos ha sido la pornografía y cómo intersecciona con la violencia sexual; el segundo versaría sobre cómo se construyen las culturas misóginas y machistas online; y la tercera cómo todo ello influye en la sociedad.
Antes de entrar en materia, Kuric ha quiero aclarar que todos los datos ofrecidos durante su intervención provienen del Centro Reina Sofía donde trabaja y se pueden consultar si se desean.
Hablando de la nueva pornografía, esta se define porque hay una gran cantidad de contenidos ilimitados y gratuitos, por lo que es muy fácil acceder a estos desde edades muy tempranas, ha señalado.
Tanto, que los datos señalan los 13 años como media de la edad de inicio para consumir este contenido, empezando antes en los hombres, quienes “la gran mayoría consume porno de forma cotidiana, en torno al 65%”.
Al preguntar para los estudios si consideran que consumen en exceso o si han intentando dejarlo, en los datos sí existe un porcentaje alto que indica que muchos son conscientes, la mayoría hombres, de que la pornografía les ha acusado un problema.
Sobre cómo aplican a sus relaciones lo que ven en la pornografía, muchos señalan que les ayuda a conocer más. Un dato preocupante, en torno al 37%, es que la pornografía les “inspira” mucho, algo muy negativo porque genera “una idea falsa de cómo es el sexo y las relaciones”.
El ponente ha manifestado que “hay una conciencia clara, sobre todo en las mujeres, que consideran que hay problema con la pornografía”, argumentando que muchos consumidores ven “el porno como agente educador”.
Falsa creencia sobre el sexo
Que "la pornografía es fiel al sexo real” es una idea asumida por algunos consumidores, lo que “resulta preocupante” porque esto se da en personas jóvenes.
Un posible motivo de ver la pornografía como agente educador es que la mitad de los jóvenes que forman parte de los estudios aseguran que no han recibido educación sexoafectiva de calidad “ni en los centros educativos ni en su entorno familiar”, además de que un 62% asegura haber tenido que buscar esa información por su cuenta.
De este modo, “si no recibes educación y el primer espacio que tienes es la pornografía, existe el riesgo de que haya una normalización de la violencia y la extensión de la cultura de la violación”, ha señalado Kuric.
Así, ha reiterado que “el consumo de pornografía genera desinformación” por lo que hay que aplicar estrategias de información sexoafectivas porque si no se produce esa “falsa creencia” de que la pornografía se corresponde con el sexo real.
El concepto de la ‘manosfera’
Tras ofrecer esta primera parte girado en torno a la presentación de la pornografía digital y algunos datos porcentuales sobre su consumo, Stribor Kuric ha pasado a definir la ‘manosfera’ como “un concepto que utilizamos para definir el conglomerado de espacios onlines que se estructura y se cohesiona a través de la misoginia y el antifenimismo”.
Además, ha querido dejar claro que "esto no está dirigido por un grupo de hombres, pero hay una serie de subculturas que sí están cohesionadas “a través de youtubers, antifeministas, activistas de derechos de los hombres…”.
La forma más habitual de propagación de estos mensajes es a través de vídeos cortos o memes en los que se simplifican los discursos y se presentan como una broma para reforzar este tipo de comportamientos.
De este modo, “los discursos tienden a polinizar en el imaginario colectivo” y se convierten en fuentes de desinformación y en espacios de reflexión y construcción de argumentarios masculinizados, ha señalado Kuric.
Es decir, la mesosfera “se convierte en una comunidad de apoyo y te terminas metiendo en este imaginario porque es donde se sienten cómodos”. Por ello, es importante conocerla, así como “los discursos que se generan en ella” para poder afrontar este problema de la violencia sexual.
Reducción del sentir feminista
Todo esto, ha podido provocar que el sentir feminista desde 2017, en el caso de las mujeres, fuera en aumento hasta el 2019, aunque luego se redujo. En el caso de los hombres, se viene reduciendo desde el año 2017, “lo que refleja que hay un impacto de la ‘manosfera’ en este sentir”, ha asegurado.
En cuanto a qué consecuencias tiene esto en la sociedad, ha señalado que “la violencia de género es un problema social” que está aceptado por un gran porcentaje de la población. Sin embargo, hay porcentajes relevantes en los que consideran normales ciertas conductas, “minimizando la violencia de género”.
Como conclusión, las tendencias reaccionarias vienen dadas, posiblemente, como consecuencias de las corrientes globales de resquebrajamiento y rearticulación de la masculinidad ante el desajuste de los medios socioeconómicos tradicionales, como una reacción ante el avance de los movimientos feministas, la ruptura de consensos sociales en la arena pública, política e institucional y el nuevo ecosistema comunicativo digital y la ‘manosfera’.
Para afrontar eso, es importante crear espacios desjerarquizados de diálogo, implantar estrategias comunicativas, dar espacio a esos malestares masculinos y situarlos y darles ese lugar para que ellos también se quejen y llevar a cabo una alfabetización mediática y formar a la gente joven para que aprenda a distinguir fuentes, de donde vienen, y aprender a contrastarlas.
Tirando de falacia de autoridad para meternos adoctrinamiento feminista sin base científica alguna, es más, la evidencia empírica en contra de tales disparates es abrumadora. Podemos ya no existe, y al PSOE le quedan dos telediarios, pero que par de coletazos le quedan todavía. La Manosfera dice jajajajaja