Alfonso Zurro es un director de teatro y autor de la obra ‘La violación de Lucrecia’, que en la tarde de este sábado se estrenará en el Teatro Auditorio del Revellín de Ceuta a las 19.30 horas.
–¿Por qué eligió ‘La violación de Lucrecia’, basado en el poema de William Shakespeare, para llevarlo al escenario?
–Es un texto que siempre me ha atraído para su puesta en escena. Pero creo que determinados sucesos de violencia de género hacia la mujer me dieron el impulso final.
–¿Cómo se adapta un texto tan antiguo a la actualidad para llegar al público?
–Lo primero, el lenguaje tiene que ser comprensible para los espectadores. Luego incidir en la narrativa y estructuras para que sean más contemporáneas.
–¿Qué trata de transmitir con esta obra?
–Este texto se basa en un suceso histórico que ha tenido una gran influencia en las artes. Me he centrado en el personaje femenino para profundizar en sus sensaciones, emociones, dudas, temores...
–¿Ha tenido buena acogida por los espectadores?
–Sí, muy buena. Yo diría que excelente, a pesar de la dureza del tema y de que los espectadores no salen indemnes de la representación. Pero el teatro también es eso emoción, conmoción y catarsis.
–En alguna entrevista habla de ‘Público de teatro’ y luego están los demás, ¿cómo definiría ese público de teatro?
–El público de teatro acepta la ficción de lo que ocurre en el escenario, porque juega con su imaginación. Por ejemplo, imagina una playa, un castillo, un barco, etcétera, y sobre el escenario no hay nada. En cambio, el cine o la televisión nos da esas imágenes, nos llevan de la mano. La imaginación es el alma del teatro.
–Lorena Ávila es la actriz protagonista, ¿cuál es su papel dentro de la obra?
–Es la protagonista y lo es todo. Ella no sólo es Lucrecia, es una y cientos más de mujeres que han sufrido la violencia sexual y tiene mucho que decirnos.
–¿Cómo ha sido trabajar con ella en esta obra?
–Muy fácil. Su sensibilidad y calidad interpretativa son un regalo para cualquier dirección.
–También dirige ópera y zarzuela, entre otros, ¿con qué genero empezó y cómo se fue abriendo a nuevos caminos?
–Empecé con el teatro, el acercamiento a otros géneros fue de forma natural, unas veces llegaron de forma casual y otras porque me los ofrecieron.
–Ha recibido muchos premios, ¿qué suponen para usted?, ¿alguno que pueda destacar?
–Los premios son reconocimientos que no deben nublarnos la vista. Hay que trabajar con dignidad y honestidad. Y si alguien te da un premio se agradece. Y nada más, al día siguiente hay que seguir trabajando.
–¿En qué otros proyectos está trabajando?
–Primero, en terminar la versión de un clásico y después en una dirección escénica.
–Un mensaje para invitar al público al teatro este sábado.
–Ver, escuchar y sentir esta Lucrecia es una experiencia emocional diferente. Atrevida y valiente te hablará de lo mucho que se ha silenciado. No te arrepentirás. Te esperamos.