El Mercado de San José ubicado en la conocida barriada de Hadú de Ceuta no recibe todas las visitas deseadas, los números no cuadran, los comerciantes no están satisfechos y el necesario aparcamiento para atraer clientes no aparece en mesa de diálogo.
Es una constante lucha la que los comerciantes del mercado de Hadú llevan librando por una reforma de las instalaciones que los doten de mayor espacio y la creación de unos aparcamientos que permitan a los clientes acceder con el coche para poder realizar una compra mayor.
Muchos de los comerciantes creían que estos aparcamientos verían la luz en Plaza Nicaragua, pero tras la creación del parque en la zona, han perdido la esperanza y no entienden la funcionalidad de “un parque que solo atrae a chonis y maleantes”.
Tras años de lucha, solamente han conseguido algunos arreglos de las instalaciones y muchos de los comerciantes se sienten ignorados y no comprenden a qué fin van destinados los presupuestos que se suponen van dirigidos al mercado.
Latifa Abdeselam, dueña del puesto ‘rastrillo de Ceuta’, dice, sobre la situación del mercado, que “no va muy bien”. Además de la decadente situación económica, Abdeselam lleva dos años pidiendo un cambio de puesto con más espacio y ninguna de sus súplicas han servido.
Se ubicaba anteriormente en uno de los puestos con más amplitud que le permitía una mejor colocación de sus productos textiles.
Hace dos años las filtraciones de agua la obligaron a mudarse a uno de dimensiones mínimas y desde entonces cumple sus labores en una ratonera. “Llevo dos años detrás de otro puesto y no me lo dan. El encargado me dice una cosa, la señora que había anteriormente me dice otra y yo sigo aquí sin poder moverme. Las llaves las tienen ahí y no me las dan, esto es muy raro”.
Lamenta Latifa Abdeselam que “las ventas en verano han estado muy flojas y con este reducido espacio tengo cosas guardadas que no puedo sacar porque no tengo dónde colocarlas”.
La ausencia de aparcamiento también supone una contra para el desarrollo del Mercado de San José, siendo un problema tanto para descargar mercancía como para atraer a clientes que quieran comprar en grandes cantidades y llenar un coche”, denuncia Abdeselam.
“Todo está mal aquí, de verdad. A veces la gente viene pero se tiene que ir después de dar 1.000 vueltas con el coche. Incluso mi hija viene de vez en cuando a traerme cosas y no encuentra un lugar para parar con el coche”, se lamenta.
Uno de los comerciantes, aunque no quiso dar su nombre, no se calla. “Fatal, un día bueno y 20 malos. No dan solución a muchos problemas que hay. Nosotros no tenemos aire acondicionado, hemos estado todo el verano sin aire, esto son trasteros, no negocios y faltan muchas cosas”,
Además, las ventas en verano “han ido también fatal” y septiembre no ha ayudado, por lo que han puesto todas sus esperanzas en el nuevo mes de octubre.
Najat Griui, dueña del puesto 7-8, afirma que “el mercado está vacío, no entra la gente y las ventas están frenadas”.
Además, muchos de los puestos están cerrados, sobre todo en la calle en la que se ubica el puesto de esta comerciante solamente hay seis o siete comercios abiertos, dejando el mercado una imagen desértica.
Erhimo Mohamed, al frente de uno de los puestos de frutería, asegura que para que las ventas aumenten, las instalaciones deberían “animarse un poco y que la gente supiera que hay mercado, no solamente supermercados”.
También hace alusión al “nulo aparcamiento”. “La gente viene, no tiene donde aparcar y se va. Deberíamos unirnos un poquito más”.
En este sentido, la fruta, a pesar de ser uno de los productos que más se vende, también asegura que “se va tirando como se puede”, señalando como otro factor culpable de la situación del mercado a las grandes superficies.
“Mal, mal, mal y mal, te lo digo cuatro veces. No hay nadie y no hay movimiento. La comodidad la tienen en los supermercados, donde tienen un aparcamiento, a nosotros ponen una parada de taxi, un desastre absoluto”, denuncia Sabah Mohamed, que asegura estar esperando la jubilación con ganas.
Otro de los comerciantes que no ha querido dar su nombre denuncia que el presidente del mercado “no aparece por allí” y que ningún comerciante entiende por qué no se ha peleado más por la creación de un aparcamiento.