Es una pena. Con lo fácil que es explicar bien las cosas. Hacerlo bien para que todos nos enteremos.
Nosotros, los que formamos parte del pueblo, solo queremos saber respuestas a preguntas básicas.
Debe ser que somos demasiado incultos como para alcanzar ese espíritu visionario y adelantado a su tiempo que tienen nuestros consejeros con el alcalde a la cabeza, seguro. Por algo nos gobiernan, no les quepa duda que es por su preparación. Ellos son los elegidos, nosotros simplemente esperamos.
Yo como ciudadana tampoco espero mucho. Pido lo mismo que otros tantos ciudadanos: saber a quién se le ocurrió traer al ‘pequeño Nicolás’, el que tan pronto se hincha a comer jamón y beber copas dedicadas a Ceuta como acude a una fiesta de Alvise para celebrar el éxito de las europeas.
Me gustaría saber quién fue el avispado empresario que montó este tinglado, que ofreció este evento para cautivar al Gobierno que con solo 45.000 euros de gasto dice que ha conseguido una campaña de impactos para Ceuta brutal. Eso nos cuentan, lo explican muy bien los teletipos de las agencias de prensa.
Debe ser complicado que el Gobierno se acuerde el nombre de con quién contrata las cosas, porque resulta que a preguntas de la diputada Fatima Hamed no nos ha contado la parte más jugosa de esta historia, la identidad del empresario que supo dar con el ‘pequeño Nicolás’ para hacer la campaña que más necesita Ceuta.
Y vaya si la ha hecho. Ayer salíamos en todos los buscadores gracias al influencer, y no precisamente en positivo. Fíjense la campaña tan espectacular que nos está haciendo.
La guinda no es solo este personaje, sino lo que hasta ahora hemos visto de las andanzas de estos influencers, destacando un vídeo en el que se invierte el tiempo gastando bromas que pueden terminar siendo pesadas y pasando factura. Veremos.
No es difícil responder a lo que se pregunta, no es difícil clarificar algo bien sencillo: ¿esta absurda idea partió de la Ciudad o fue ofrecida por alguien?, ¿por quién?, ¿con quién se consultó para avalar tal despropósito?
Podemos contestar o divagar hablando de los nómadas digitales y el futuro que tendrán para Ceuta cuando, señores políticos, aquí nos interesa el presente que no es otro que cómo llegar a fin de mes o levantar todos los días la persiana sin perder dinero.
Será que los que tienen estos problemas viven más en el mundo real intentando dejar atrás una economía negra que la Ciudad ve azul, verde e inteligente.