La boda homosexual entre un ciudadano francés y otro neozelandés, que se iba a celebrar en un hotel ubicado a las afueras de Marrakech (Marruecos), ha generado una gran polémica en el vecino país.
Las autoridades locales de la comuna de Ourika, en la región de Juz, impidieron la celebración de esa boda a la que iban a asistir unos 50 extranjeros.
Al llegar las autoridades locales al hotel mencionado, los propietarios de la empresa turística confirmaron que se trataba de una fiesta de cumpleaños de un ciudadano neozelandés, pero se comprobó que era una boda, que terminó siendo vetada.
Ahora, la Unión de Cristianos Marroquíes ha mostrado su solidaridad con estos dos hombres.
La Unión, a través de su presidente, Adam Errabati, ofreció en una declaración oficial en un vídeo difundido en YouTube "sus disculpas a los dos hombres, en nombre de todos los defensores de los derechos humanos y activistas que luchan por abolir el artículo 489 criminalizador de la homosexualidad en la ley penal marroquí".
De acuerdo con ese artículo, puede ser condenado de seis meses a tres años de prisión.
La lucha de los activistas
A pesar del "amplio y firme rechazo" que recibe la promoción de la homosexualidad en la sociedad marroquí, Adam Errabati considera que "es deber de los activistas, religiosos y cualquier persona que crea en la libertad del otro y su derecho a elegir ayudarles a afirmarse en la sociedad; porque ahora encontramos discursos de violencia y odio contra este grupo".
El presidente de la Unión de Cristianos Marroquíes señaló que "la legislación penal marroquí, a su vez, requiere un gran esfuerzo de muchas asociaciones y organizaciones para eliminar las disposiciones que afectan los derechos sexuales en Marruecos", según expresó.
Después de la prohibición de la "boda", surgieron muchas opiniones que consideraron desviar la atención de los problemas reales de la sociedad relacionados con las inundaciones en el sureste, las víctimas de Tata, la inflación y la opresión de los pobres, centrándose en "temas marginales" y "sin valor actual".
Sin embargo, el pastor marroquí enfatizó la necesidad de "acelerar la promulgación de una ley contra la violencia y el odio hacia los homosexuales y la comunidad LGBT, y luego corregir el curso de la ley penal", según él.
La Unión de Cristianos Marroquíes considera que "Marruecos se enfrenta a eventos internacionales, africanos y locales en los más altos niveles deportivos, culturales y políticos, y que este es el momento adecuado para eliminar varios capítulos de la ley penal marroquí, ya sea en lo que respecta a relaciones sexuales consensuadas o relaciones homosexuales y el ayuno público en Ramadán".
Adam Errabati dijo que los afectados que no pudieron casarse "eligieron celebrar el evento en el país porque consideran que Marruecos en el norte de África es uno de los más tolerantes y amorosos", enfatizando que en este caso era necesario "respetar el amor y los derechos de las personas, y permitirles demostrar su existencia en una sociedad llena de discursos de odio y incitación a la violencia", según se cita en su declaración.
Señaló además la "necesidad de corregir las disposiciones legales y reemplazarlas por otras que impidan todas las prácticas y formas de violencia", exhortando a "intensificar la solidaridad con los entes y actividades que abogan por la eliminación de ciertos capítulos de la ley penal marroquí" que ha estado bajo revisión por dos años en los pasillos del Ministerio de Justicia, aunque las declaraciones y las intervenciones sociales continúan impulsando el "rechazo de la despenalización de la homosexualidad", sin lugar para la negociación.
Los dos extranjeros, ¿no sabían que en Marruecos no se podía celebrar una boda entre dos personas del mismo sexo?, es una simple pregunta, no tengo nada en contra de nadie, cada uno puede hacer lo que quiera con su vida, pero hay que respetar a los demás. El caso es como el mes sagrado del Ramadán, cuando alguien no quiere guardalo, está en su derecho de no hacer el Ramadán, pero, que coma en su casa y me refiero a los marroquíes (musulmanes). Para acabar, muchos extranjeros cristianos suelen visitar Marruecos en Ramadán, no comen en las calles porque no quieren molestar a nadie y sobre todo por respeto, ¿cómo van a celebrar una boda entre dos personas del mismo sexo?.
Tres añitos de cárcel para cada uno, incluidos el pastor y el presidente de esa asociación y la dirección del establecimiento por faltar el respeto a un país gratuitamente, es lo que procede. Aquí haríamos lo mismo con nuestras leyes, dejemos ya las hipocresias y empecemos a respetar otras culturas de verdad, no sólo lo que nos interesa.
Me gustaría escuchar la opinión de las infames ex-ministras Montero y Belarra. Aunque ahora con el sueldazo que se están ganando en el parlamento europeo, seguro que estos temas ya no les interesan tanto. Menudas hipócritas.
parece que marrruecos es pais musulman y esto de homosexualidad esta prohebido . porque no celebran la boda en francia o neozelanda donde hay derecho para hecer esto y eligen a un pais musulman esto es abuso.
Eso es lo que quieren acabar imponiendo en Europa.