No olvidarse nunca del ciudadano, pase lo que pase. No tomar decisiones alejadas de lo que la población necesita. Esa es la máxima de un gobierno de pueblo que debe saber gobernar por y para el pueblo, alejándose de lo que al común de los mortales no nos afecta.
Eso es lo que importa. Hoy, incomprensiblemente, seguimos tropezando en la misma piedra, seguimos mirándonos el ombligo, aspirando a obras de envergadura carentes de sentido.
¿Se acuerdan cuando este gobierno se lanzó a la piscina apoyando la construcción del coloso del Sarchal? Una barbaridad a la que el alcalde y miembros de su equipo le dieron calor. Una auténtica farsa propia de tiempos del GIL que obtuvo la respuesta rápida y siempre elegante y acertada de Septem Nostra.
Aquel insulto al ciudadano quedó en un cajón, pero a buen seguro que nuestros gobernantes todavía aspiran ver la construcción de ese coloso o apadrinar proyectos similares sin calado ciudadano, sin interés para Ceuta, erigidos en benefactores de unos pocos protegidos.
Cuando un gobierno olvida a su pueblo es malo. Cuando los llamados partidos en la oposición callan es aún peor, porque si se hunde esa voz fiscalizadora se termina con todo, se convierte la política en un zoco en el que los asistentes se matan vivos por llevarse la mejor cesta a sus casas. Una ciudad se construye a base de proyectos sencillos que la conviertan en el lugar elegido por sus vecinos, no en la trampa de la que quieren escapar.
Las juventudes de MDyC salieron ayer a la calle para intentar recaudar material escolar porque hay familias a las que no les llega para equipar a sus hijos. Esto es cierto, no mienten, es tan cierto como que hay criaturas que solo comen de forma decente en el colegio.
Olvidar esto es un crimen contra la propia sociedad, negarlo también. Cuestionar a esos padres insinuando que se gastan el dinero en otras cosas, pero no en sus hijos, es de una indecencia propia de quienes nunca han estado al lado de esa falta de recursos, de quienes nunca han sabido lo que es ir a un colegio sin ropa decente, sin material suficiente, soportando las horas de clase con el complejo del pobre que resulta que es el que más valores tiene, pero se ve obligado a agachar la cabeza ante las miradas del resto.
Ningún partido tendría que recaudar material, ni pedir que los mínimos sociales se atendieran. Pero tienen que hacerlo, ellos y las asociaciones. Es un fracaso, el fracaso de todos: los gobernantes por consentirlo, nosotros por callar.
En el ayuntamiento de ceuta la oposición no existe, todos, absolutamente todos están a las órdenes de vivas, Fátima la primera, estos gestos tercermundistas, que utilizan los partidos de la oposición pa justifica su traición a sus votantes, es bien conocida, el desarraigo político y social en ceuta es TREMENDO, principalmente por el Gobierno, oposición y algunos padres que se olvidan de sus responsabilidades
Que verdad Carmenchu.