La plaza Nelson Mandela en Ceuta ha esperado, expectante, el momento clave de Ganesh. Una pequeña urna le ha aguardado para, una vez sumergido en el agua, llevarse consigo la mala suerte y sustituirla por prosperidad.
Previamente la Comunidad Hindú le ha dedicado unas palabras e incluso un baile tradicional para recibir con alegría a la deidad.
Dos jormadas intensas de cultos y ritos que han visto su fin con la inmersión, broche de oro a otro año más de seguimiento y fe.
El presidente de la Comunidad Hindú en Ceuta, Ramesh Chandiramani, ha sido el encargado de dar comienzo a la ceremonia, un momento muy esperado por todos los asistentes.
Ganesh ha estado acompañado de una considerable multitud entre la que se han avistado rostros de autoridades como el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, o el comandante general de Ceuta, Marcos Llago Navarro.
Antes de la sumersión, de nuevo, la música ha sido la protagonista. Melodías dedicadas a la deidad que se han fusionado con mantras a la luz de un candil.
Después de movimientos en el que el fuego ha oscilado de un lado a otro, se ha sellado esta celebración llena de música, palmas y color.
Bajo la directriz de la señora Manyu, se han repetido distintos cánticos a la divinidad
Arropado por un manto dorado, Ganesh ha coronado el centro del escenario y toda la comunidad le ha entregado su devoción. Este año le han pedido, sobre todo, salud para todos los ceutíes y esperan que, de aquí al próximo, él les ayude a eliminar todas las trabas que se presenten en el camino.
Finalmente, los niños de la comunidad junto con las autoridades, han llevado a Ganesh hasta el agua bajo el sonido envolvente de los cantos y las palmas.
Una vez en el agua, se han vertido pétalos sobre la divinidad. Así, se da el cierre a una tradición, seña de identidad del colectivo y una de sus fechas más importantes.