No se ha podido identificar. Nadie ha preguntado por él. Hoy, en la tumba número 5013 del cementerio de Sidi Embarek, ha sido enterrado el joven cuyo cuerpo fue recuperado el pasado 28 de agosto en la zona del Recinto, en Ceuta.
Unos pocos, los de siempre, le han rezado y despedido en este punto y final a una vida que terminó truncada en el mar.
En una de sus muñecas llevaba una pulsera muy significativa con el nombre de Helwane. Además, vestía traje de neopreno negro, con las mangas rojas y laterales de color gris, con la leyenda Neilpryde en el pecho.
Con zapatillas deportivas de la marca New Balance y una cadena colgada al cuello de color plateada había intentado el cruce sin éxito. A pesar de las gestiones llevadas a cabo por la Policía Judicial de la Guardia Civil ha sido imposible dar con sus datos, tampoco se parece físicamente a ninguno de los desaparecidos cuya ausencia ha sido expuesta con fotografías en los medios de comunicación.
Nadie ha preguntado por él, nadie ha lanzado el grito de auxilio que en muchas ocasiones ayuda a esclarecer este tipo de sucesos asociados a la inmigración.
En poco más de un mes han sido encontrados los cadáveres de seis inmigrantes y solo en algunos casos se ha logrado la identificación. Si no llevan documentos, se convierte en una tarea prácticamente imposible de lograr.
Hoy, en Sidi Embarek se ha vuelto a despedir a otra víctima de la ruta de los espigones, sin duda la más temeraria, la que más muertes ha provocado.
La Policía Judicial, a través del Laboratorio de Criminalística, obtiene huellas de todos los cuerpos que aparecen en estas circunstancias, toma muestras de ADN además de hacer un informe exhaustivo sobre todas las pertenencias que portan y sus características.
Son archivos que pueden servir para una futura identificación.