Discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo. Sinónimos son defensa, elogio, alabanza, ensalzamiento, panegírico, ponderación, bombo, encomio.
La apología existe cuando, ante una concurrencia de personas o por cualquier medio de difusión, se expongan ideas o doctrinas que ensalcen el crimen o enaltezcan a su autor y que, por su naturaleza y circunstancias, puedan constituir una incitación directa a cometer delito.
Yo, dedicado a los menesteres de la Filosofía pongo como ejemplo “ La apología de Sócrates”. Platón da una versión del discurso que Sócrates pronunció como defensa, ante los tribunales atenienses, en el juicio en el que se le acusó de corromper a la juventud y no creer en los dioses de la polis.
Analicemos esta letra de una canción popular de Vita, “Paseando por el bosque me encontré a una niñita. La cogí de la manita. La llevé a mi casita. La metí en mi camita. Le subí la faldita. Le bajé la braguita. La eché el primer caliqueño. El segundo caliqueño. Me quedé sin lechita”.
El alcalde de Vita, municipio de la provincia de Ávila, cuenta con una población de 79 habitantes. Antonio Martín Hernández, alcalde del pueblo, subido a un escenario se arranco invitando a los asistentes a cantar esto en las fiestas populares del pasado 25 de agosto.
El Partido Popular como los grupos de izquierdas han puesto el grito en el cielo. El primero lo ha expulsado ya de su grupo municipal, el PP mientras que el Gobierno va a considerar “todas las potenciales opciones”.
El alcalde no renunciará a su cargo.
Antonio Martín Hernández, que así se llama , argumenta que es “ una cancion popular” y que no tenía intención de ofender ni defender lo que la letra manifiesta. Ya faltaría, que hubiera dicho todo lo contrario.
¿Le falló el inconsciente al edil? ¿Quiso arrancar las risas y animar el cotarro? ¿ Midió las consecuencias de esa canción popular según él argumenta?
Lo cierto es que hay comportamientos, canciones o refranes repugnantes en sí mismos vengan de donde vengan y pretendan lo que pretendan.
Entre todos deberíamos crear un cinturón sanitario desde la infancia: padres, educadores, escuelas, institutos, medios de comunicación, juegos, etc. De esta manera podemos apagar una cerilla que pueda provocar un incendio de consecuencias terribles.
La gasolina no es ni buena ni mala, pero si la llevamos en un recipiente y la acompañamos con un mechero en la mano para gastar una bromita, ustedes me dirán. Pongamos un ejemplo: “ Me metí en mi clasecita. Me tope con mi señorita. Le enseñé la gasolinita. Le dije a la maestrita que ardería como en una hoguerita si no me subía la notita”
Todo ello cantado en una fiesta de fin de curso.
Yo le diría al alcalde: “Calladito estás más guapito. Te metes la lengua en el ...ito”
Canciones populares fascistas, xenófobas, homófobas, machistas y racistas las hay para parar un carro.
Le recuerdo al alcalde que “Dimitir” no es un nombre ruso.