Mientras muchos observaban la Luna llena, otros aprovechaban las circunstancias de pasar de una noche fresca a un simulacro a una londinense.
Se conoce que el día era bueno para abandonar la vigilancia de las playas contiguas a nuestras fronteras por la zona del Tarajal y los que por allí estaban, por la zona marroquí, se hicieron un picnic, dejaron a una gran cantidad de personas con ganas de ir hacia el país de los sueños y emprendieron esa travesía a nada de pocos metros pero con mucho riesgo.
Fueron hacia aquel lugar todo lo disponibles por parte de nuestras autoridades y puestos a lo largo de las playas del Tarajal, Almadraba, Juan XXIII, Chorrillo, e incluso algún que otro, que apareció por el Sarchal.
Estos últimos los consideran unos superhombres aunque los hay con más inteligencia y se cuenta que alguien los habrá arrimado a este espacio donde nadie puede pensar que pudieran salir gente que vienen del lugar del reino alauita.
Un gran despliegue y una gran cantidad de interceptaciones tanto en el mar como en orilla.
Muchos hubieran deseado ir equipados con bañador y no con el traje de servicio.
Una anécdota bonita fue cuando fueron advertidos que junto a la playa del Tarajal había un cumpleaños y en aquel lugar seguro había un inmigrante, mejor, recogido.
Al ir a ver la incidencia, fueron increpados por las mujeres que arropaban al ilegal y pusieron resistencia para evitar que fuera recogido y llevado al lugar oportuno de un centro para menores.
Somos tan santos que nos hacemos cargo de menores que no son nuestros.
¡Viva nuestra querida España!.
Esos Quijotes que seguimos viendo molinos de viento por gigantes.
Y la noche transcurría con llegadas y recepciones de ilegales y no dando abastos nuestros hombres de la Seguridad Pública.
Ni un simple café pudieron tomar y las caras eran de cansancio ante tal feria.
Y siempre con la convivencia y dejando de ir de esos señores que son pagados por la Comunidad Económica Europea.
¡Olé sus ideas!
Seguimos siendo los tontos del pueblo.
Mañana será un nuevo día y seguiremos vistiendo nos de payasos.