En 1994, hace 30 años, una representación que presidí de los empresarios de Ceuta se trasladó a Bruselas y, apoyada por sus asesores en dicha ciudad, explicaron al representante correspondiente de la Unión Europea la difícil situación de un territorio que estaba ejerciendo de barrera de dicha UE ante África. Incluso se entregó un video con la situación de la frontera y del vergonzoso campamento de El Ángulo, donde entonces se amontonaban inmigrantes ilegales de varias nacionalidades que se sublevaron después por cierto.
Quiere esto decir que el tema es viejo y, sin embargo, no se han buscado soluciones a dicho problema de la inmigración ilegal que Ceuta debe pasarlo completamente al gobierno español y a la Unión Europea. Y ello a través de una representación de la Ciudad Autónoma en Madrid y Bruselas, para que se ponga de manifiesto allí continuamente la difícil situación de este territorio español y europeo en África.
Estos días estamos viendo como, ante las avalanchas continuas de inmigrantes sobre todo menores, los medios de comunicación europeos han puesto de manifiesto la difícil situación de la frontera sur de la Unión Europea, pero sin entrar en los orígenes y soluciones del problema. Es curioso que Ceuta esté sufriendo continuas invasiones de este tipo como la de 2021, que se atribuyó entonces a una consecuencia de las malas relaciones entre Marruecos y España por admitir esta última, el traslado del líder del Polisario a un hospital de La Rioja. Igual que esta avalancha parece que fue organizada o propiciada, incluso según incluso Wikipedia, las siguientes pueden ser fruto de una estrategia para ahogar a Ceuta, presentándola como generadora de problemas. Y como complemento, los incidentes fronterizos, el incumplimiento del compromiso de Aduana Comercial y tantos otros inconvenientes, podrían formar parte de una estrategia que, según se viene publicando, culminaría en la co-soberanía de Ceuta y Melilla para 2030-32.
Respecto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Ceuta debía tener la dotación habitual para una ciudad costera de Andalucía de 80.000 habitantes. Y aparte, un complemento suficiente para atender la que llamamos frontera sur de la Unión Europea; el control de entrada de mercancías desde Marruecos; otro control de policía en el puerto por ser la salida hacia la UE; nuevo despacho aduanero porque no pertenecemos a la Unión Aduanera y el mismo control para las entradas desde Algeciras, también porque existe un impuesto local. Además, esa imprescindible dotación extra de fuerzas de orden público debe tener previsto personal para la vigilancia de la línea fronteriza, teniendo en cuenta los peligros de la valla y, desde luego, una reserva en la Península de intervención rápida, para actuar en casos extremos como el que se nos presentó en 2021, repitiéndose tres años después.
Y todo esto, como queda dicho, debe exigirlo y comprobarlo la Ciudad Autónoma desde sus necesarias representaciones en Madrid y Bruselas, para que estén previstas todas las contingencias y cada uno cumpla con su obligación.