Parece que hasta que el cielo no se llena de luces no aceptamos que la semana más esperada por todos ha terminado. La Feria de Ceuta ha llegado a su cumbre y la ‘Magia Visual’, como se ha titulado este espectáculo, ha anunciado su cierre.
Poco antes de las doce y media de la noche, todos esperaban mirando al cielo con una serie de sentimientos encontrados, uno de ellos, la ilusión que siempre traen unos fuegos artificiales, el poder de relacionarlos con los pensamientos más mágicos, puros y profundos.
Por otro lado, está la nostalgia que da saber que cuando suene ese particular sonido que se escucha a manzanas, se habrá dado culmen a la feria.
Y, es extraño, que un espectáculo tan agradecido signifique lo que nadie querría, el final de la música en las casetas, el contar las horas de sueño para volver al recinto ferial, poder comerte una patata asada, un helado, un buñuelo o un gofre en el mismo lugar y rodeada de la fantasía de las atracciones y la dulzura de los niños y las familias.
El espectáculo dio comienzo a las 00:30 en el pantalán de la bahía norte, pero todo el que saliera a su balcón y mirara hacia el recinto podía disfrutar de estas luces.
‘Magia Visual’ ha sido el nombre que se le ha asignado a los tradicionales fuegos artificiales en honor a Nuestra Señora Santa María de África.
La empresa encargada de su desarrollo ha sido Pirotecnia Zaragozana, y hemos de admitir que ha sido un buen trabajo, todos han quedado deleitados con esa fantasía lumínica.
Ya nos habían dejado con ganas de más la noche de San Juan en la playa de El Chorrillo, por lo que los ceutíes y viajeros han acudido con ganas sabiendo que no iban a quedar decepcionados.
Familias, amigos, niños, adultos y mayores se han reunido con la misma ilusión y ganas, pues pueden pasar los años, pero unos fuegos artificiales siempre trasladan a esos recuerdos de la niñez, de la inocencia y lo mágico, y, sobre todo, te hacen recordar en el mismo lugar tantas memorias anteriores.
Ya es oficial el final de la Feria de Ceuta 2024, aunque todavía quedaban aquellos que se resignaban a irse a casa tras los fuegos y han aprovechado el más mínimo rincón con música para tomarse la última antes de cerrar la puerta de estas fiestas patronales.