En la actualidad las personas se encuentran sobresaturadas de tecnología y, a veces, parece imposible desconectar de todos esos estímulos a los que estamos acostumbrados. Pero gracias a George Solís, un vecino de Ceuta, puede tener sus días contados gracias a su idea revolucionaria del primer parque de descanso digital.
Solís se crió en Ceuta desde los cuatro años de edad y poco después se fue a vivir a Málaga, pero siempre ha estado vinculado a la ciudad autónoma gracias a los proyectos que ha presentado para la Fundación de Salud con Impacto Global (FSGI).
Y es que, este caballa se encuentra hoy en día en la vanguardia del mundo de la innovación gracias a su idea ‘ECO Social Life’, que ha sido una de las 25 finalistas entre los 125 proyectos presentados en la IV edición de los Premios Innosocial Málaga.
Su iniciativa no persigue otro fin que el de conseguir una vida social verde intentando transformar algunos parques urbanos ya disponibles en espacios de descanso digital masivo.
Desconexión tecnológica
La idea no es otra que la de ofrecer lugares donde las nuevas tecnologías estarían precintadas en los accesos de estas ubicaciones a través de sobres especiales de un cierre único y que el usuario portaría en todo momento.
De esta manera, al inicio de la experiencia, se pagaría una “tasa de regulación” que se perdería en el caso de que el sobre se abriera antes de salir del espacio Eco Social Life. Además, el dinero de estas personas que no consigan vencer a la tentación irá destinado a la fundación FSGI para financiar proyectos innovadores.
Pero esta no sería la única idea que tiene Solís en su cabeza ya que también plantea la opción de crear parques híbridos, en los que se pueda acceder con o sin tecnología. En este caso, los que estén intentando vivir la experiencia llevarían una insignia en forma de pin para que sean identificados fácilmente.
Inspirado en la revolución industrial y Central Park
Para poder llegar a esta idea, este caballa se inspiró en las iniciativas llevadas a cabo en el siglo XIX, donde ciudades como Nueva York se enfrentaban a un problema social similar debido al rápido crecimiento urbano de la época y la falta de espacios verdes que compensaran el exceso de cemento.
Para esta ciudad la solución fue clara, la creación de Central Park, un enorme pulmón verde que ha servido de refugio para generaciones enteras de neoyorquinos desde su inauguración en 1873.
“Hoy, enfrentamos un reto diferente pero igual de urgente: la descompensación entre el uso de tecnología con momentos de descanso digital. Los parques ‘ECO Social Life’ se inspiran en esta solución histórica, pero adaptándola a las necesidades del siglo XXI”, indica Solís.
Pedimos voluntariamente que se nos prohíban hacer cosas que por nuestra falta de voluntad podríamos hacerlo perfectamente. Pero necesitamos de terceros para que lo hagan , lógicamente tras previo pago de sus servicios. Hagamos una reflexión sobre esto. Si cedemos nuestra voluntad a la voluntad de terceros , llegaremos un momento en que no podremos hacer nada sin que nos o manden. Menuda sociedad se está quedando.