Nadie en Ceuta es ajeno a que la proximidad de la celebración del Eid Al Adha está provocando una importante alza de los precios de los animales. A la pretendida carestía de la vida, ganaderos e intermediarios vienen frotándose las manos ante el jugoso negocio que anticipan con la venta de estos animales, llegando a incrementar hasta en un 420% su precio de venta en origen hasta el consumidor final. Los consumidores deben saber que este alza de precio no corresponde a la ley de la oferta y la demanda, pues los datos de venta en origen, como los establecidos en la Lonja de Albacete (https://www.oviespana.com/Articulos/561832-Lonja-de-Albacete-Cotizaciones-de-Ovino-y-Caprino-(Semana-19-9-5-2024).html?R=315978) mantienen el mismo precio sin ninguna variación, situando el precio del kilo del cordero en una media de 5 euros, lo que viene a ser unos 70€ cordero de 12/14 kg.
Los precios en Ceuta oscilan entre 300, 350, incluso 500€ por animal; un sobrecoste que no tiene justificación en los gastos de transporte ni en el IPSI. Los ganaderos e intermediarios pretenden hacer su agosto –como cada año- a expensas de una economía familiar ya bastante maltratada.
Una práctica abusiva, desorbitada y desproporcionada que solo responde al ansia de dinero y especulación, y que ataca directamente a la dimensión espiritual de la festividad. La codicia de unos pocos despoja el sentido y esencia religiosa del sacrifico y su profunda connotación social.
Tal es la escalada de precios que muchas familias observan con preocupación la imposibilidad de que este año puedan adquirir un animal, dejándoles vacíos del espíritu de la celebración y reunión familiar, pues el Eid Al Adha no es disfrutar de un banquete y comer hasta la saciedad, sino una ocasión de agradecimiento profundo hacia Dios y fortalecimiento de la fe.
"El reparto del animal en tres tercios es un valor añadido que convierte en única esta celebración, puesto que un tercio del mismo se reparte entre familiares y amistades en situación de necesidad, y otro tercio se destina a personas vulnerables y en situación de precariedad económica"
Un aspecto al que se presta poca atención es a la condición halal del alimento y cuidados de los animales destinados al sacrificio. Las familias musulmanas no deben olvidar las directrices relacionadas con el sacrificio, especialmente aquellas que tienen que ver con el trato a dispensar a los animales antes y después de su sacrificio.
El Eid Al Adha no es una fiesta más. Su marcado carácter social repercute positivamente en la Ciudad. El reparto del animal en tres tercios es un valor añadido que convierte en única esta celebración, puesto que un tercio del mismo se reparte entre familiares y amistades en situación de necesidad, y otro tercio se destina a personas vulnerables y en situación de precariedad económica. Este componente social supone un considerable ahorro en los fondos que la Ciudad destina a cubrir gastos de cobertura básica a numerosas personas usuarias de fondos de alimentos y prestaciones económicas y subvenciones.
Es por ello que el Gobierno de la Ciudad debe tomar cartas en el asunto de modo que regule la importación y establezca precios orientativos y recomendables de tal manera que los consumidores tengan conocimiento del abusivo sobrecoste que se les carga.
Así como el gobierno central rebajó el IVA a determinados productos alimenticios, el Gobierno de la Ciudad debiera rebajar el IPSI de estos animales para esta ocasión.
Del mismo modo, resulta apremiante que la Ciudad realice un mayor control sobre el etiquetado con el fin de que el consumidor pueda diferenciar el origen y calidad de estos animales, los que proceden de España de aquellos que vienen de países como Polonia o Francia.
Por otro lado, cabe destacar la ausencia en estos debates, tan importantes para la comunidad musulmana y para la ciudadanía en general, de las entidades musulmanas con sede en la ciudad, tales como la virtual delegación de la Comisión Islámica de España en Ceuta, Luna Blanca, Al Idrissi, Ucide… incluso partidos políticos de “inspiración musulmana”, inexistentes, salvo para recoger las dádivas de un partido popular que sigue sin condenar lo que está sucediendo en la Franja de Gaza. El silencio no garantiza impunidad.
Por otro lado, Acohace vuelve a insistir en la necesidad de un registro de importadores halal, pues no todo lo que entra en la ciudad es enteramente halal.
Tal vez haya que sopesar la idea de no comprar ni sacrificar y destinar parte de ese dinero a causas que muerden conciencia.