El Museo de Ceuta, ubicado en el paseo del Revellín, acogerá en la tarde de este viernes la inauguración de la exposición pictórica del andujareño José Marchá a las 19.00 horas, organizada por la Consejería de Educación, Cultura y Juventud del Gobierno de Ceuta a través del Servicio de Museos.
La muestra, que estará abierta al público hasta el día 31 del próximo mes de mayo, recoge una serie de pinturas de Marchá que permitirá ahondar en su universo creativo y conocer a través de sus obras la evolución del artista desde sus inicios hasta la actualidad.
Su carrera también tiene una gran vinculación a Ceuta, ya que el pintor se trasladó a la ciudad autónoma en el año 1972 para cumplir con el Servicio Militar Obligatorio, una experiencia que ha dejado una huella indeleble en su obra.
Tanto que durante su estancia en la ciudad Marchá dejó su marca en trece murales para el Tercio Duque de Alba, mientras que, de manera simultánea, realizaba exposiciones en el Centro de Hijos de Ceuta y en el Centro Cultural de los Ejércitos.
Sobre sus inicios, el artista andujareño dejó ver desde que era un niño su pasión e inquietud por el arte en todas sus formas. Tanto que es así que cuando era pequeño comenzó su aprendizaje en alfarería y cerámica. A los doce años recibió su primer set de óleos, lo que le permitió dar forma a sus visiones creativas y explorar su pasión por la pintura.
Para poder continuar y desarrollar su carrera artística, José Marchá se trasladó a Madrid cuando cumplió la mayoría de edad. Además, comenzó a contar con el respaldo del marchante Arnot, gracias a quien empezó a expandir su presencia hacia América, donde sus obras comenzaron a ser apreciadas por coleccionistas de renombre, ganando reconocimiento en el panorama artístico.
La trayectoria artística de Marchá se caracteriza por diversas etapas que están reflejadas en las obras seleccionadas en la exposición que se inaugura este viernes en el Museo del Revellín. Una producción que van desde un hiperrealismo inicial hasta un realismo simbólico con connotaciones oníricas.
José Marcha tenía expuesto un bodegón en la Cristalería Floria, ubicada en la calle Marina Española , que me hacía detenerme todos los días para disfrutar de él, eran los años 60.