Tras una breve presentación en altavoz, se han apagado las luces y ha emergido el latido de un corazón. Le han acompañado unas luces y se ha acelerado. Los vecinos de Ceuta estaban a punto de conocer a los protagonistas de la obra celebrada en la tarde de este sábado en el teatro del Revellín.
Después del inquietante traqueteo de un corazón, ha aparecido en escena una vendedora y un cliente. Ella, muy alegre y parlanchina, trata de venderle una casa con muy buenos comentarios.
"Pobre del que no se ríe con todo". Es una de las frases de la vendedora. Con pequeños toques de humor, la conversación fluye en torno al inmueble y sus condiciones.
Repentinamente, sale un "inconveniente" que es, en realidad, una mujer mayor de 74 años, la dueña de la vivienda, que quiere vender la casa, pero con la condición de vivir en ella hasta el último día de su vida.
Dos personajes completamente opuestos que han hecho las delicias de esta tarde de sábado.
"El inconveniente", la señora Cruz, sale del armario, donde se ha encerrado durante la visita y los caballas, en ese momento, la han conocido por primera vez encarcanada en una deslumbrante Kiti Mánver llena de desparpajo.
Él no solo compra la casa por una inversión que, finalmente, en realidad, se trata de una decisión personal. Un tiempo de parón para buscar certezas en su relación. Un hombre que siempre tiene que tenerlo todo bajo control. Lola, que es todo lo contrario, de algún modo, le ayuda a abrir los ojos y tomarse la vida de otro modo.
A través de la conversación, Luis y Lola hilan una amistad curiosa, donde se contraponen por completo. Indirectamente, de algún modo, ella le enseña a disfrutar del momento y él, en cambio, vive siempre preocupado y con su cabeza en el futuro. Dos polos opuestos que se compensan con un aprendizaje de vida para el público.
A pesar de momentos algo tensos, finalmente se establece una relación llena de sinceridad y honestidad. Una obra en la que el humor no está reñido con la enseñanza de una lección vital.
Una historia en la que ella, mujer de "presente" y él, chico de "futuro", tejen finalmente una bonita relación de la que han sido testigos los ceutíes.