En realidad había una conexión más fuerte recorriendo el aire. Los dos hemos pasado cinco años de nuestras vidas en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense. Con distinta suerte: he ahí.
Es posible que nos hayamos cruzado en la tienda de fotocopias, pero es más probable que me haya cruzado con ella en la cafetería.
Mientras yo ponía fecha al sueño roto de ser periodista en Madrid, ella frecuentaba las tutorías para ser alguien en el periodismo. Sólo los que conocemos las tuberías de la profesión sabemos el mérito y esfuerzo para llegar a editar un telediario en la primera cadena nacional, con tan solo treinta años. De ahí mi respeto reverencial.
Reza entre mis consejos favoritos apropiarse de la realidad de manera inteligente, así que ahí me encuentro, sentado frente a la Reina Letizia, quien se presta a conocer el mundo de la salud mental para echar una mano. ¿En qué medida? Habrá que esperar.
Al lado, la ministra de sanidad y empleo, Fátima Báñez, las dos carteras clave para intentar la gesta de la normalización de los problemas de salud mental.
Tengo tres minutos para dibujar un mapa inteligente en la mente de mis interlocutores. He de ser ágil y dinámico para no minar la atención de éstos.
“El Comité Pro Salud Mental En Primera Persona es un órgano consultivo de la Junta Directiva. Unas veces nos piden asesoramiento, otras veces elevamos propuestas. El movimiento en primera persona responde a la filosofía general para que los usuarios, afectados, o personas con problemas de salud mental, juguemos un rol cada vez más activo, lejos del paternalismo y la sobreprotección, que a la larga pueden generar indefensión.
El rol activo se manifiesta en dos conceptos: “Empoderamiento”, que es la sensación de control, queremos ser los protagonistas en las decisiones que nos afectan. “Participación”, tanto en la sociedad, rompiendo barreras, como en la propia organización, a través de los comités y en la paulatina incorporación a los órganos de gobierno de las asociaciones y federaciones.
En cuanto a la sensibilización se hacen progresos con seminarios y programas, pero no hay una conciencia colectiva, lo que hace que prevalezca el estigma y haya mucha gente que esté retraída, sufriendo en silencio.
En relación al modelo de atención, estamos a favor de que la persona se recupere en su entorno comunitario, lo que necesita que los servicios sociales y sanitarios estén en conjunción.
Asimismo, somos conscientes de la importancia de los medicamentos y la adherencia a los tratamientos, pero echamos en falta más psicoterapia. Una persona en psicosis o trastorno grave está confusa, no encuentra palabras para explicar su experiencia mental, por lo que necesita más diálogo con profesionales.
Entre otras consideraciones: hay que intentar que la enfermedad no defina a la persona; las medidas coercitivas deben ser excepcionales y con el máximo respeto a los derechos humanos; y hay que tener claro que nosotros no pedimos, nosotros reivindicamos unos derechos que están consagrados en la Convención de la ONU de los derechos para las personas con discapacidad.
Ya para finalizar, mirando a la ministra, esbocé la premisa para comprender todo esto. Y es que todos tenemos algo que aportar a la sociedad. Es necesario introducir unos ajustes en el mercado de trabajo para que concurramos en una verdadera igualdad de oportunidades.
Por supuesto, emplacé a la Reina para que viniese a conocer al Comité Pro Salud Mental En Primera Persona, lo cual nos haría mucha ilusión. A ver.