90 aniversario del fallecimiento del teniente coronel González Tablas

El próximo día 18 de mayo, y ante el monumento al Teniente Coronel Santiago González Tablas, situado en un lateral de la Iglesia de l Virgen de África, se celebrará el homenaje al héroe de Regulares muerto en la madrugada del día 13 de mayo del año 1922, al frente del Grupo de Regulares de Ceuta, durante la roma de Tazarut.
En un emotivo acto presidido por el Coronel Jefe del Grupo de Regulares nº 54, acompañado por unas comisiones del citado Grupo, se realizará un acto consistente en un homenaje a los caídos de las Fuerzas Regulares que culminará depositando una corona de laurel ante la estatua del heroico Teniente Coronel. Con este motivo es justo recordar la vida y muerte de este laureado de las Fuerzas Regulares.
El Héroe de Tazarut
Santiago González-Tablas y García Herreros, había nacido en Pamplona el año 1879. Hijo de Militar, su padre alcanzó el grado de Teniente General.
Ingresó en la Academia de Infantería en 1894, saliendo como oficial en 1896, yendo destinado a Cuba, con un Batallón del Regimiento América. Ascendió a 1º Teniente en 1898. Ya en la Península ascendió a Capitán en 1904, siendo su primer contacto con África en este empleo, en los Batallones de Cazadores de Madrid y de Tarifa, y antes de su ascenso, en 1913, en el Arapiles.
Tras varios años como ayudante de su propio padre, miembro del Consejo Supremo de Guerra y Marina, y del Subsecretario de Guerra, consigue destino en las Fuerzas Regulares, en 1915. En cuatro años, consigue comprender a sus hombres y al pueblo del que procedían, aprende su lengua y su psicología, y en numerosas acciones de combate deja buena prueba de sus condiciones militares, como ya hiciera en Cuba y en Melilla siendo segundo Teniente y Capitán, hasta el extremo de merecer una Laureada siendo Comandante, en 1919, al mando del segundo Tabor, por su actuación el día 13 de mayo en el combate para ocupar la loma de Jandak, sobre el río Jemís. Tras esta operación, quedó al mando del Grupo hasta la incorporación del Teniente Coronel Jefe, incluso después de su propio ascenso a Teniente Coronel, en 1919. Vuelve al Grupo de Regulares de Ceuta ya como Jefe titular, en 1920.
Ya en 1920, se desarrollaron operaciones de gran importancia para conseguir la ocupación efectiva del protectorado, y la sumisión al Mazhén de las Cábilas, sometiéndose varias Cábilas, ocupándose Xauen, y consiguiéndose mantener expeditas las comunicaciones con regularidad.
Estas operaciones, debían completarse durante el año 1921, para garantizar el final de la actuación en la zona occidental del autodenominado “Cherife” el “Raisuni”, y en ello se estaba cuando sobrevino el desmoronamiento de la Comandancia General de Melilla, en julio de 1921. Se encontraban operando en la Cábila de Beni-arós, en Zoco el Jemís, aproximándose a Tazarut, cuando se recibió orden de suspender las operaciones en la zona oriental, dado el cierto peligro existente de que la ciudad de Melilla cayese en poder de las Harcas de Abdelkrim.
Dos Banderas del recién creado Tercio de extranjeros, y dos Tabores de los Regulares de Ceuta, realizaron una marcha épica para poder embarcar en Ceuta. Las Banderas del Tercio recorrieron, según se dice 101 km, antes de ser embarcados en Tetuán en el ferrocarril y llegar a Ceuta (este es el origen histórico de la moderna prueba deportivo-militar que la Legión celebra cada año en la Ciudad de Ronda). Por su parte, los Regulares, recorrieron a pie además la distancia entre Tetuán y Ceuta, haciendo en total 140 Kilómetros entre las jornadas del 22 y 23 de julio, y embarcaron en el vapor “Escolano”, que llegó a Melilla unas horas después que las Banderas del Tercio.
Durante las operaciones en Melilla, los Regulares se cubrieron de gloria, frenando primero el avance Rifeño, y contribuyendo decisivamente a la reconquista del territorio. A veces, no son los números exponentes del heroísmo, pero en esta ocasión, es imprescindible conocer, para apreciar el sacrificio realizado, las bajas de los dos meses de operaciones en la zona oriental: partieron de Ceuta 31 Jefes y Ofíciales y 651 de tropa.
Regresaron 3 Oficiales y 180 de tropa ilesos. Habían muerto o sido heridos casi el 75% de los hombres, y no fue en una acción donde fueron aniquilados por la derrota, sino en sucesivas acciones victoriosas, que exigieron un alto precio. Qué diferente debió ser la despedida de los Tabores en Melilla el 14 de Septiembre, del recibimiento que se les dispensó en aquella noche triste del 24 de Julio.
De vuelta a Ceuta, se hizo necesario recuperar la capacidad de combate, y en Abril, tras recomponer el Grupo, González Tablas, estuvo dispuesto para contribuir a la definitiva pacificación de la zona occidental, en la que aún pesaba la obsesiva y afortunada rebeldía del Raisuni. Los Regulares de Ceuta, formaban en la columna del Coronel Serrano, una de las dos que junto a la del General Marzo, constituía las fuerzas que bajo el Mando del Comandante General, Álvarez del Manzano, aportaba la Comandancia General de Ceuta. La Comandancia General de Larache aportó una Columna bajo el Mando de su Comandante General, San Jurjo. Tras las operaciones del día 7 de mayo, que tras duros combates supusieron el estrangulamiento de la posición del El Raisuni, se preparó el asalto definitivo. El 12 de mayo, las columnas partían y tras combates de no excesiva dureza, salvo la oposición que a la Columna Serrano presentaron los rebeldes, en Ain Grana, momento en que fue herido González Tablas, y seguido por un contraataque por el flanco izquierdo, descolgándose del Yebel Alam, que puso en serio peligro la columna. En la acción de ese día, las bajas fueron de 13 muertos y 113 herídos.
Para los esfuerzos y las enormes bajas de tantos años, y de acuerdo con las fuerzas empleadas, estas bajas pueden antojarse escasas, para el deseado fin de la captura del Raisuni, no se pudo conseguir, por haber huido éste.
El Teniente Coronel González Tablas, fue herido junto al Comandante Medina Jiménez, también de Regulares de Ceuta, cuando encontrándose dirigiendo las operaciones de la Unidad, fueron descubiertos por el enemigo, que los tomó como objetivo. Recibió dos impactos de bala, uno en el abdomen, y la otra en una mano. Debido a la pérdida de sangre, llegó casi inconsciente al hospital de montaña, donde ya había sido el médico, Gómez Ulla, advertido de la llegada del Teniente Coronel como herido más grave, y tras operarle, confirmó que la herida no tenía solución.
El fallecimiento se produjo a la mañana siguiente, 13 sin haber llegado a recuperar el sentido tras la operación, ya que solamente deliró, llegando a llamar a sus hijas.
El día 14, el cadáver de González Tablas fue trasladado al campamento general, donde el Alto Comisario, General Berenguer le impuso la medalla militar. Posteriormente, el cadáver fue evacuado a Tetuán, y de allí a Dar Riffien, y a Ceuta, donde se le dio sepultura el día 16.
Cuando recibió el disparo en el vientre, exclamó “me han matado”, y cuando llegó al hospital pudo decir al médico “Marianico, llego tarde a tus manos, nada puedes hacer por salvar mi vida”.
Pero su mayor preocupación fue que sus hombres no se enteraran durante el combate de que había caído, sabedor del efecto negativo que podía tener sobre su moral. Claro ejemplo de su claro juicio, y de su alma de soldado, que pudo ver, sobre el dolor y la certeza del fin, el objetivo.
Para concluir este articulo, dedicado al Héroe Militar y uno de los más excelsos Jefes que tuvieron nuestros Regulares decir que la ciudad de Ceuta perpetua el recuerdo a este insigne militar, con una escultura que erige en la fachada norte de la Iglesia Nuestra Señora de África, a cuyos pies había contraído matrimonio.