Dice la socialista María Jesús Montero que el PP y los grupos de la ultraderecha se borran de los actos para conmemorar los 50 años de la muerte de Franco para “no definirse respecto al periodo negro de la historia de España”.
“El PP son herederos de esa tradición, y nosotros siempre herederos de los demócratas, de la gente de progreso que nunca se resignó a que hubiera una etapa oscura, negra, en la historia de España”, añade.
A estas alturas de la vida, que se estile este tipo de mensajes me sigue sorprendiendo. No creo que Montero nos considere un club de borregos, tampoco la veo tan torpe como para explotar en pleno 2025 el discurso de ‘los unos y los otros’. Quizá esté demasiado nerviosa por su salto a liderar el PSOE de Andalucía y por eso tropiece con estas tonterías.
Franco murió hace 50 años, pero lo que no han muerto son los comportamientos dictatoriales del ordeno y mando que siguen imponiéndose en plena democracia y de las que ningún partido político se libra. Hasta el más progresista y liberal saca la vena cuando algo no le gusta y busca la fórmula perfecta para ahogar las libertades de los ciudadanos.
De esto saben todos. De hecho, han creado un sistema para convertir la maquinaria política en una forma no de gestionar a favor del ciudadano sino de perpetuarse en el poder. Nadie se libra, es como un vicio.
Luchar contra la ultraderecha o contra los totalitarismos cada vez más implantados no se consigue festejando, conmemorando u organizando actos para recordar que hace 50 años murió un dictador.
Es rocambolesco que hoy en día se ‘venda’ de forma tan barata y torpe la democracia.
50 años después lo que debe hacer la clase política es autorizar una revolución interna de tal magnitud que esto deje de ser un cortijo, un reparto de empleos, una creación de necesidades que únicamente sirven para enchufar a los colegas encargándoles labores absurdas.
Acabar con todo eso es defender un país alejado de imposiciones. Acabar con todo eso es creer firmemente en la democracia, en que quizá esto pueda merecer la pena.
Llevas toda la razón Carmen, las formas dictatoriales de gobernar tanto vienen de un bando como del otro.
Los ciudadanos podemos ser afines a la derecha, izquierda, etc., pero lo que está claro es que todos los partidos además de tomarnos por tontos gobiernan en gran medida de forma dictatorial para ellos y los suyos.
Lo que se necesita es una democracia de verdad, que haga una gran limpieza de la clase política primero, luego tenga la valentía de deshacerse de la monarquía de una vez por toda, porque tampoco es que las monarquías sean muy democráticas que digamos, etc.