La Dirección General de la Policía reseña el camuflaje usado para evitar los controles
380 kilos de cocaína. Ese es el montante final encontrado en las hasta cinco bolsas de deporte que estaban ocultas en el buque que fue interceptado en el puerto de Algeciras, después de que distintas informaciones manejadas por la UDYCO de Ceuta hubieran apuntado a la entrada de esta mercancía en España, tal y como ayer
adelantó este periódico, confirmando la Dirección General del CNP los datos. La
cocaína llegó al puerto de Algeciras siguiendo una ruta, la sudamericana, que está cada vez más asentada, tal y como concreta la propia Policía, que ha trabajado en este operativo de forma conjunta con la Agencia Tributaria y Vigilancia Aduanera. De hecho este decomiso viene a confirmar el uso “cada vez más frecuente de buques comerciales para el tráfico de importantes cantidades de cocaína de este origen”, concretan.
Para hallar la droga se tuvo que contar con la colaboración de los buzos, ya que estaba escondida en el “conducto de ventilación situado en el casco” del buque portacontenedores, bajo la línea de flotación.
Se emplearon varias horas hasta hallar el lugar exacto de la "contaminación"
Las informaciones de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y de Policía Nacional coincidieron en ese buque portacontenedores que se hallaba atracado en el puerto de Algeciras. Se movilizaron de inmediato dos embarcaciones de Vigilancia Aduanera y personal por tierra de la Policía Nacional, que aseguraron la zona mientras se realizaba la inspección del casco. Los buzos de la Agencia Tributaria emplearon numerosas horas hasta que pudo finalmente hallarse el lugar exacto de la “contaminación”. Tras los registros se dio con la mercancía, confirmándose que se trataba de cocaína aunque su presentación era harinosa, ya que había sido camuflada. El narcotest confirmó que era droga y de buena calidad. Cada bolsa pesaba 80 kilos lo que dificultó las tareas de extracción de la mercancía. La cocaína estaba repartida en envoltorios, decomisándose un total de 280 pastillas. La intervención no termina aquí. En ningún momento la Dirección General de la Policía ha comunicado que las investigaciones estén cerradas y que llegue este cargamento a nuestro país no es algo casual, ya que obedece al manejo de una infraestructura adecuada en la que se cumplan los distintos roles de ejecución por parte de los actores implicados. Al margen de estas indagaciones las fuerzas de seguridad tienen bajo investigación más controles sobre las rutas explotadas por las organizaciones para la entrada de cocaína en nuestro país, entre esas la marroquí. No es algo aislado, la Policía tiene constancia del camino seguido para mover este tipo de mercancía pero también la del hachís y las pastillas, asentándose las relaciones de organizaciones de narcotraficantes españoles y marroquíes para potenciar estos mercados.