“Hemos perdido el enlace del tren. El barco ha salido con 40 minutos de retraso, así imposible”. Quien habla es uno de los pasajeros del barco Volcán de Teno, de Trasmediterránea, que debía haber partido a las 13.00 horas desde Ceuta a Algeciras. Pero la alerta por
la presencia de dos inmigrantes ocultos debajo del cantil frenó al capitán, que optó por no iniciar la travesía ante el miedo a poner en riesgo las vidas de estas personas. Dos jóvenes magrebíes que, enfundados en trajes de neopreno, se habían arrojado al mar con intención de alcanzar el buque y poder llegar así al otro lado del Estrecho. Al darse cuenta de su existencia se alertó a los buceadores de la
Guardia Civil (GEAS) y a la
Policía Portuaria, consiguiéndose el rescate de ambos. Los pasajeros permanecieron 40 minutos dentro del barco sin que este partiera hacia Algeciras, reanudando después la travesía, provocando que algunos perdieran sus enlaces posteriores con otros puntos peninsulares.
Formas arriesgadas de pase
La pareja de inmigrantes se había metido debajo del cantil y había que asegurarse que se les rescataba para impedir cualquier tipo de accidente más serio. Toda esa parte es hueca y sirve para la ocultación de quienes, de manera temeraria y arriesgando sus vidas, buscan la escapada. Ya hay varios compatriotas que han muerto ahogados o han desaparecido, pero siguen insistiendo en estas marchas. Enfundados en trajes de neopreno aguantan el tiempo para esconderse, el hecho de que muchos consigan su meta hace que haya quienes imiten esta forma de pase. Allí permanecen el tiempo que aguanten hasta colarse en el barco más propicio o intentan cruzar a nado a otra zona. Es la única manera que tienen argelinos y marroquíes para escapar al otro lado y por eso la explotan a costa de lo que sea, aunque en ellos entreguen su vida sin reparar en nada más que escapar de Ceuta y emprender una vida al otro lado del Estrecho.