El grupo fue asistido de las heridas que presentaban debido a los roces con las rocas y solo dos de ellos tuvieron que ser evacuados al Hospital Universitario. Al entrar a la carrera, el choque con las escolleras del espigón y las rocas cercanas a la playa les produjeron heridas abiertas.
Cruz Roja se encargó de prestar asistencia sanitaria básica tanto en la propia playa del Tarajal como en las propias dependencias de la Jefatura Superior, en donde se les repartió ropa ya que todos llegaron mojados. Según destacó ayer el delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, “no hubo posibilidad de freno” y si las fuerzas vecinas no hubieran actuado, la entrada hubiera sido mayor.
Todos los subsaharianos se encuentran ya en el CETI, que aunque ha superado el límite oficial de capacidad (tiene 512 plazas) sigue teniendo espacio para acoger a más personas sin que sea necesario recurrir a apoyos de fuera.
La entrada de ayer se suma a la que se produjo el sábado y a la que tuvo lugar la semana pasada. Las tres caracterizadas por ser entradas de un buen número de subsaharianos, alcanzando, juntas, el centenar. En el caso de marras, la entrada no requirió de uso de zodiac, sino que fue a la carrera aprovechando la permeabilidad de un espigón, el del Tarajal, cuya reforma ha sido debatida en cuantiosas ocasiones en la Delegación del Gobierno. Ahora González Pérez también habla de ello, considerando “una prioridad” actuar en este punto alargando el espigón para frenar entradas sencillas como la de ayer. Entradas que no se repiten en más ocasiones debido a la elevada presencia de efectivos que mantiene el país vecino en este punto fronterizo.
Al margen de este caso, en la mañana del domingo, un grupo reducido de subsaharianos llegó en una balsa hasta la playa de la Ribera, pero las fuerzas de seguridad no los detectaron. Su desembarco fue visto por algunos ciudadanos, sin que fuera detectado por los sistemas de control.
Las claves
Hechos
La lancha de la niebla. El delegado reconoció ayer que la entrada que se produjo hace dos semanas de 39 inmigrantes que llegaron al Chorrillo sin ser vistos no podía ser frenada, ya que las “condiciones climatológicas” eran adversas, marcadas por una espesa niebla que frenó incluso la efectividad del radar.
Acogida
Por encima de los datos. La entrada, en dos semanas, de casi un centenar de inmigrantes ha alterado la capacidad del CETI que, aunque registra salidas, éstas son en menor número que las entradas que se han producido en verano. No obstante la capacidad sigue.