La baja visión es una deficiencia que consiste en la privación parcial de la vista y que no puede ser corregida con gafas convencionales, lentes de contacto, medicamentos o cirugía. Según el Colegio de Ópticos-Optometristas de Andalucía, Ceuta y Melilla, en la ciudad son casi dos mil las personas mayores de 65 años que sufren este defecto, de los cuales sólo el 5% están bien atendidas por profesionales de la visión. Esta deficiencia visual puede ser debida a diversas patologías e impide realizar actividades cotidianas como leer, coser o ver la televisión.
Los síntomas de la baja visión son la pérdida del campo visual, visión borrosa, pérdida de la visión central, distorsión, pérdida de contraste y deslumbramiento o la visión en túnel (no se perciben los objetos que están en la visión periférica). Según Salvador Guerrero, delegado en Ceuta del Colegio de Ópticos de Andalucía, Ceuta y Melilla, “la baja visión, aunque no tiene ningún tipo de tratamiento o solución médica que devuelva la calidad visual, en muchos de los casos no es considerada una discapacidad, por lo que los pacientes no tienen acceso las mismas prestaciones que, por ejemplo, los invidentes”.
Sin embargo, existe una serie de ayudas ópticas que facilitan el día a día a las personas que sufren este problema: microscopios, lupas, telemicroscopios, filtros que reducen el deslumbramiento y aumentan el contraste, telescopios, etc. Gracias a este tipo de soluciones, estos pacientes con baja visión mejoran en gran medida su calidad de vida a la hora de realizar tareas cotidianas. El Colegio aconseja acudir a los especialistas ante los primeros síntomas.