18 millones de dirhams para rehabilitar el museo de la Kasbah de Tánger

El museo de la Kasbah de Tánger se encuentra en lo que antiguamente era el palacio del sultán. Todavía alberga la caja fuerte del monarca que necesitaba de cuatro personas y tres botones para ser abierta. Pero el centro de exposiciones también llegó a ser la cárcel de la zona y hasta albergó en su interior los juzgados de la ciudad. Se trata sin duda de unos de los monumentos públicos más valiosos de la ciudad y que más visitantes locales e internacionales atrae. Ahora, según informa el medio digital 2M.ma, recibirá 18 millones de dirhamas por parte del Gobierno de Marruecos para ser reformado y restaurado.

Se trata de una apuesta de la administración por tratar de reactivar y darle una nueva oportunidad al turismo de la zona castigado, como en el resto de país, por la pandemia del coronavirus.

La cárcel de la kasbah reconvertida en museo recoge una interesante colección de arte marroquí que recorre la historia de Tánger hasta la actualidad, además de conservar todavía las dependencias y espacios de manera similar a cómo las tenía y disfrutaba el sultán  Dar al-Makhzen o Dar al-Sultan.

Según recogen varios blogs de viajes y turismo, en las salas de exposición hay numerosas obras de artesanía marroquí: cuero, alfombras, armas, joyas y cerámica... Además, de que el museo recorre a través de varios paneles las distintas épocas de la ciudad, como la ocupación portuguesa, la época de la grandes dinastías, etc.

Este monumento fue construido por el pachá Ahmed ben Ali ben Abd Allah al-Rifi (1691-1740) durante el reinado de Moulay Ismael. Está compuesto, además de por un Riyad y un patio central a cielo descubierto rodeado por un peristilo con columna, por la tesorería y por diversas salas coronadas con cúpulas de madera labrada y pintada, todas ellas representativas de la arquitectura marroquí de Tánger.

Además de propio museo, la kasbah alberga además una de las vistas sobre el Estrecho desde el lado sur más impresionantes. Justo en la entrada del recinto, en la plaza du Mechoir, un increíble mirador da la bienvenida a los visitantes, un lugar emblemático desde donde se observa perfectamente como el Atlántico y el Mediterráneo se unen, con la península española al fondo.